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Voto de Isaac Paskual:
6
Comedia Lisa es una gerente de un restaurante muy involucrada que intenta mantener el lugar a flote, llevarse bien con el propietario y los clientes, y apoyar a sus empleados. Pero una avalancha de problemas acumulados gradualmente mina su paciencia.
16 de septiembre de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En los últimos tiempos, quizás fruto de lo excéptica, cínica y desengañada que se ha vuelto esta sociedad que da tumbos de crisis en crisis, ha aflorado un subgénero que, momentáneamente, denominaré como comedias amargas. Ni son dramedias, ni son comedias negras; son comedias amargas.
Y ¿en qué se diferencian?, se preguntarán. Pues muy fácil. ¿Saben ese recurso, habitual en la comedia romántica, de solucionar el clásico falso pico de amargura previo al cierre de obra mediante una situación embarazosa que coloca cada cosa en su sitio?… Si, hombre. Ese novio que corre como alma que lleva el diablo a detener un avión en pleno despegue porque la mujer de su vida, tras un inesperado revés argumental, decide plantarlo, rompiendo su corazón y el del entregado espectador. Saben ya ¿no?… Bueno, pues estas comedias amargas de las que les hablo deciden, con gran acierto, saltarse ese recurso argumental y poner el punto y final justo en el pico amargo, dando altura de miras al producto y valor a lo narrado. Eso es precisamente lo que beneficia, y a la postre encumbra, “Apoya a las chicas”; un film que, de otra manera, no pasaría de su pueblo.
Lisa es la entregada gerente de un local que intenta llevar el negocio de la forma más familiar posible, pero una serie de reveses están a punto de colmar su paciencia. Mantener el lugar a flote, aguantar el tira y afloja continuo con el dueño del local, lidiar con los empleados y ,por si eso no fuera poco, aparece una una hijastra problemática. Así desarrolla Andrew Bujalski “Apoya a las chicas”, una comedia amarga de la que acabas enamorándote únicamente por el cariño que les coges a los personajes en general y al de Regina Hall en particular. Ya que, en verdad, poco más hay a lo que agarrarse.
Técnica y visualmente “Apoya a las chicas” es muy homemade, hay momentos en los que la cinta más parece un nuevo episodio de “Pesadilla en la cocina” o similares que otra cosa. Pero al final tampoco le afecta demasiado al producto, te lo tragas con gusto.
Actoralmente Regina Hall está estupenda, pero es que “Apoya a las chicas” está hecha para su lucimiento. A mi particularmente me ha enamorado más Haley Lu Richardson, una actriz totalmente entregada a un personaje que es un verdadero ser de luz. Devoción eterna. En general todo el amor que desprenden los personajes traspasa la pantalla.
Isaac Paskual
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