Bueno, bajo la premisa de la fuga de una prisión, la pelicula tiene ritmo y se nos va desvelando que la verdadera huida, no es física, sino espiritual. Comenzando por esa introducción con la música de Leonard Cohen, esperar un Prison Break, no ha de ser nuestra expectativa. Las actuaciones son correctas, destacando ese Brian Cox cansado, que lo dice todo con una mirada. Joseph Fiennes, parece alejarse de esos personajes sensibles y cariacontecidos de otros filmes, siendo de agradecer que se pase por películas con menos presupuestos pero con mayores alicientes. Damian Lewis, es amenazante y vanidoso, componiendo una extraña caracterización entre lo excesivo y contenido (ni yo me entiendo). Quizá tantas películas han hablado ya de fugas perfectas, que no nos encontremos ante una de las mejores, pero es digna en sus expectativas, y reflexiva en cuanto a sus conclusiones, que la libertad, no está ahí fuera, sino dentro de nosotros mismos.