Como no podía ser de otra forma Netflix nos brinda -por enésima vez- otro bodrio espeluznante sólo apto para llenar cuota de pantalla y acostumbrar a sus incautos suscriptores a la bazofia.

El ritmo es malo, descontrolado, mientras que su guión errático no acaba de cuadrar ni con una comedia, una farsa o un drama mediocre.

Plana, sosa y floja pero con una producción aceptable en donde la fotografía y la ambientación está acorde a una buena producción, empero un director mediocres y una productora tan mala como Netflix dilapidan el dinero invertido produciendo basura olvidable.

Una película peor que mala (pésima es poco decir), tanto que no se me ocurre adjetivo para calificarla así que sólo diré que es NETFLIX (que vendría a ser el superlativo de la mediocridad)