Extraña película de Kiyoshi Kurosawa que presenta una doble película con un entramado tan denso que seguirle el hilo es una cuestión más de inteligencia suprema que de atención a lo que ocurre. Retribution nos presenta un film policíaco a la vez que una historia de terror/intriga en torno al personaje principal (con una más que aceptable interpretación de Kôji Yakushi) introduciéndonos en sus locuras y pensamientos.
Locuras que llevarán a Yoshioka a visionar a un fantasma que, vestido de rojo, intentará mostrarle toda su culpabilidad como si de un mundo paralelo se tratara, en lo que parece un intento de lección moral por la dejadez del ser humano ante su propia autodestrucción.
Sin embargo todos estos tintes tan profundos no se dejan casi ni entrever, simplemente se muestran escenas carentes en teoría de sentido cuya interpretación se deja en absoluta libertad en función de los criterios subjetivos del espectador. Toda una demostración de abstracción en múltiples escenas que no se resuelven en ningún momento de la película, siendo altamente difícil de comprender en su plenitud.
Como idea la película puede estar muy bien, pero en su ejecución se ha quedado corta en todas sus vertientes: como película policíaca, como thriller de terror y como medio de transmisión de conductas éticas y morales.