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Voto de Cinemagavia:
6
Thriller. Intriga. Acción. Drama Todos los días, a las seis de la tarde, un asesino en serie está matando a una persona. La oficial de policía Helena Rus cree que los asesinatos sólo los lleva a cabo un hombre y decide averiguar su identidad revisando la historia de la ciudad en el siglo XVIII. (FILMAFFINITY)
23 de abril de 2020
19 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
*El universo fincheriano como referencia estética

Los créditos iniciales de Las plagas de Breslavia no engañan. El tratamiento de la imagen ya nos remite al universo fincheriano de Seven, una de las películas sobre psicópatas más influyentes del cine contemporáneo. A medida que la película avance ya no tendremos ninguna duda. Estamos ante una investigación policial sobre unos asesinatos rituales. Aquí no llevan la firma de los siete pecados capitales, si no de las seis plagas que asolaron la ciudad hace siglos: Degeneración, robo, soborno, calumnia, opresión y engaño.

Con esas palabras tatuadas a fuego, cada día a las seis de la tarde aparece el cadáver de una nueva persona tras ser asesinada y sometida a diferentes torturas. Son muertes brutales donde la película se recrea en el morbo y juega nuevamente a emular a su película de referencia. Por desgracia, el grado de perturbación e inquietud que logra esta película está muy por debajo de la Obra Maestra de David Fincher.

*Se descubre al asesino demasiado pronto

La primera cosa que no funciona en Las plagas de Breslavia son los personajes. Si la pareja de detectives formada por Morgan Freeman y Brad Pitt tenían un retrato psicológico meticuloso, aquí nos encontramos con una protagonista malhumorada y antipática con la que resulta complicado empatizar, eso sí, encarnada de manera convincente por la actriz Malgorzata Kozuchowska. Y lo que es peor, aparece algún compañero que no deja de soltar chascarrillos sin venir a cuento y que incluso se hace selfies con uno de los cadáveres. Tampoco deja muy bien al personaje de la periodista, una carroñera que maltrata constantemente a su operador de cámara.

Otro gran problema de la película es que tras los primeros treinta minutos ya sabes quién es el asesino. No importaría mucho si fuera alguien con magnetismo como el John Doe de Kevin Spacey, pero no es el caso. Y no te preocupes, si no has estado atento y no te has dado cuenta para entonces, poco después se ponen todas las cartas sobre la mesa y te lo dicen directamente. Sin tensión dramática, ni intriga por descubrir lo que pasa, todo se reduce a algunas buenas secuencias de acción y un twist final que sí resulta algo más inesperado.

*El placer por lo mórbido

No todo es malo. Las plagas de Breslavia tiene una realización bastante decente. El director polaco Patryk Vega se desenvuelve bien entre ambientes sombríos y siniestros, consigue un buen ritmo narrativo y nos regala algunas secuencias reseñables. Pero el reto era mayúsculo y esta versión low cost de Seven se pierde por el camino. La introducción del elemento de crítica social aparece de manera forzada y con el único ánimo de justificar un discurso ético como mínimo discutible.

Las plagas de Breslavia es una película que se deja ver con facilidad y que resultará entretenida para los fanáticos del thriller criminal. Hay un placer por lo mórbido, por lo putrefacto, por el gore. Se nos muestra con detalle a los cadáveres y las heridas producidas por los desmembramientos. Sin embargo, sus imágenes explícitas no impactan tanto como creen, muchos ya estamos inmunizados ante este tipo de imágenes. Probablemente hubiera resultado mucho más inquietante un acercamiento a los crímenes más sutil e imaginativo. El eterno debate que proponía Hitchcock entre el suspense y el impacto.

*Conclusión

Las plagas de Breslavia es un thriller policíaco que nos llega desde Polonia, escrito y dirigido por Patryk Vega. Nos plantea una historia sobre un asesino ritual que deja como firma en sus víctimas el nombre de una de las seis plagas vinculadas a la ciudad en el siglo XVIII: Degeneración, robo, soborno, calumnia, opresión y engaño. Sí, es un planteamiento muy cercano al que tenía Seven (David Fincher, 1995), con el tema de los pecados capitales.

Esa excesiva referencialidad que incluso afecta a los créditos iniciales, le cuesta una mala pasada. Tampoco enganchan demasiado los personajes principales, ni ayuda para la intriga el conocer al asesino en el primer tercio de la película.

A su favor tiene la realización de Patryk Vega. Se muestra como un director capaz para las secuencias de acción y con bastante habilidad para manejar la atmósfera siniestra de los espacios. Hace un abuso de lo morboso y de imágenes bastante explícitas con algún momento cercano al gore, pero se nota que tiene un fácil manejo de los códigos del cine de género. Recomendable para los amantes del thriller criminal más oscuro.

Escrito por Daniel Farriol
Cinemagavia
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