Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Cinemagavia:
6
Drama Un miembro del Klu Klux Klan, Mike Burden, abre una tienda-museo del KKK en Laurens, Carolina del Sur. Cuando Mike se enamora de una madre soltera, se deja influenciar por ella y acaba abandonando el KKK y siendo aceptado por un reverendo afroamericano. (FILMAFFINITY)
26 de abril de 2021
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Complejo trabajo de investigación

Resulta significativo que Andrew Heckler, tras leer la misma noticia en dos periódicos diferentes, decidiera viajar en su propio coche hasta un pequeño pueblo de Carolina del Sur.

Se trataba de la inauguración de una tienda museo enalteciendo al KKK. “No podía ser cierto“, pensó, “estando en 1996“. Gran parte del país piensa que es algo del pasado, pero el “Clan” sigue vivo.

Este hecho dice mucho sobre la valía moral de este hombre. Quería saber si era cierto y en ese caso, compartirlo con el mundo entero.

Pero la noticia no acababa ahí. En realidad, lo más sorprendente era que su creador, un joven huérfano, “Mike Burden” (Garrett Hedlund), apellido que da nombre a la película, había sido criado en una familia donde el racismo era un sentimiento visceral. Sin embargo, había abandonado aquellas profundas convicciones. Inducido por las ideas de igualdad racial de su novia “Judy” (Andrea Risebough), se van a ver duramente afectados ante las represalias de su tóxica familia.

Lo más meritorio de todo el asunto, era que el “Reverendo Kennedy” (Forest Whitaker), fuerte guía espiritual de la comunidad negra de aquel pueblo, va a alojar en su propia casa a la pareja.

*Compromiso con los personajes reales

Para su debut como director, quiso saber cómo vivía la gente de “Laurens” y sus terribles circunstancias.

Se encargó de buscar buenos actores, que pensaran igual que él al respecto de este problemático asunto: el racismo. Para introducirlos en sus papeles, también quiso que conocieran a los personajes que iban a interpretar.

Así, a Garrett Hedlund, le recomendó no juzgar a Mike Burden, que olvidara su desagrado hacia ese personaje, incluso la vergüenza al interpretarlo. Se trataba de un ser humano. Y Garrett lo consiguió, conectó profundamente con Burden.

Otro brillante personaje, Reverendo Kennedy, perfectamente interpretado por el gran Forest Whitaker, será quien represente a la moralidad, espiritualidad y compasión. A pesar de contradecir los deseos de su familia, temerosos y muy enojados por el horrible comportamiento de Mike, prevalecerá su decisión.

Mención aparte merece Tom Wilkinson, a quien su papel de Tom Griffin, le convenció para que no pensara que era un tipo despreciable, sino un padre que pierde a su hijo. Debía demostrar dolor y angustia traducidos en ira y violencia. Debía humanizar el personaje, no sólo por la audiencia, sino por él mismo.

*Conclusión

Sin ser una gran película, Burden es del todo aceptable gracias al trabajo de sus actores. Aun siendo sobre un tema tratado en numerosas ocasiones, su realismo y cercanía en el tiempo, la convierten en especial.

Sobre todo considerando que todavía hoy en día, la lacra del racismo, sigue vigente y no sólo en ese estado sureño de USA, sino en todo el mundo.

En el caso concreto de Norteamérica, el espantoso fantasma del Ku Klus Klan, continúa cubierto con una sábana blanca, asustando no sólo a los niños por la noche, cuando no quieren dormir.

El director, Andrew Heckler, confirmó con sus propias palabras, que al crear el escenario de la tienda museo para el rodaje, hubo gente que se acercó a comprar objetos.

Haberse preocupado en documentarse fidedignamente para la realización de este largometraje de poco más de dos horas, sea otro motivo para darle un aprobado alto a este actor convertido en director.

Muy valiosas las imágenes de los personajes reales, al final de Burden, quienes por cierto, se asemejan bastante, incluso físicamente, a los actores.

Escrito por Irene Abecia Navarro
Cinemagavia
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow