Ningún título podría definir mejor lo que podemos ver en esta película: humor negro con policías, delincuentes de tres al cuarto y chicas guapas de por medio... Nuestro cine en España tiene películas de una tonalidad similar a ésta pero, por supuesto, dada nuestra lejanía respecto a la cultura yugoslava es más difícil para nosotros comprender algunos de los aspectos del film. Yo tengo que confesar que he pasado un buenísimo rato viendo la película, pero quizás he de decir también que esperaba algo más. ¿Qué más se podría esperar en cualquier caso? El pobre viejo dando su último viaje antes de ser cubierto por la arena, marchando de un lugar para otro, siendo vestido de un modo zafio, congelado, vapuleado y manipulado por media Serbia. Después encontramos lo que podría considerarse una pequeña crítica a la ineficacia de las fuerzas de seguridad (aunque esto bien podemos verlo en comedias negras españolas como Torrente, no veo tantas diferencias entre una y otra sino son la distancia geográfica y cultural).

Nuestro amigo Vozidar lo decía bien. El final es demasiado idílico, pero es una comedia delirante sin más objetivo que el de hacer felices a los que decidan verla, de modo que no hay porque pedir más.