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Voto de Julien Tormá:
9
Western Brett McBain, un granjero viudo de origen irlandés, vive con sus hijos en una zona pobre y desértica del Oeste americano. Ha preparado una fiesta de bienvenida para Jill, su futura esposa, que viene desde Nueva Orleáns. Pero cuando Jill llega se encuentra con que una banda de pistoleros los ha asesinado a todos. (FILMAFFINITY)
22 de agosto de 2016
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
No se trata tanto de contar una magnífica historia de pistoleros buenos y malos y de venganzas y catarsis duelistas, que también, sino de embridar la epicidad de la quintaesencia del western a base de multitud de referencias de decenas de westerns consagrados con novísimas aportaciones de cosecha propia, para mi que eso de alambicar en una sola peli la tragedia y la esencia del western, lo consigue. Esta reseña no da para siquiera orillar los mil detalles excelsos que cimentan la obra. Sin más, meter a Henry Fonda de malo terrible con ese pasado mítico de héroe americano es simplemente un acierto genial, y Henry Fonda lo borda. El resto del reparto es inigualable, con un Jason Robards que juega a ser el malvado de maldad blanca que es en suma la mirada del espectador que quiere un desenlace justo o liberador y para ello hay que pasar por el rodillo del duelo y la muerte. Una Claudia Cardinale hermosísima y con un carácter entre femme fatale, bella dama y luchadora fuerte que muy pocas habrían encarnado así, un Charles Bronson con esa mirada gélida, con ese aparecer siempre hierático y como preternatural y un rostro que parece esculpido en madera y que apenas esboza una sonrisa para Cheyenne al que guarda simpatía no por lo que es, sino por su franqueza y su victimismo, Cheyenne es un forajido que se justifica, y eso tiene gracia porque es moral. La música, con el leitmotiv por cada personaje parece que existiera antes de que se inventara el western, como si siempre hubiese estado allí. Y esa opinión que a veces se mantiene sobre el exceso metraje en realidad se justifica porque Sergio Leone gusta del detalle minucioso y manierista, pero sobre todo de la elipsis lenta antes de la resolución del disparo rápido; es decir, toda la acción se trabaja y se preña en el lento y previo desarrollo de las secuencias que es un suspense que captura velocidad cinética antes del disparo o el golpe, que es rapidísimo y que da respuesta catártica a ese lento preámbulo que en realidad da forma y espesor a la escena ulterior. Sorprende la enorme cantidad de detalles esmeradamente recreados.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Julien Tormá
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