Si algo fue secuestrado en esta película no fue ron los padres del protagonista, sino el humor y las bromas, en serio. Ni el director –que después no dirigió nada mas- ni el protagonista –cuya carrera fue destruida por este film- entienden que cosa es graciosa y cual no, ejemplos hay muchos pero la mejor es la escena del club tortuga y el chico tortuga, la encarnación viviente del “uncanny valley” que puede hacerte sonreír –de puro nervioso- pero que después se transforma en un no-chiste que dura demasiado y que te deja preguntándote “¿en serio esta película tuvo un guionista?”

El protagonista es un ¿estereotipo? Italiano bastante ridículo que tiene el poder de disfrazarse de otros estereotipos mucho más ofensivos, hay cosas que pasan porque si, el protagonista no es gracioso sino irritante, hay chistes sosos, todo es muy estúpido, etc., etc.

Mientras la veía no podía dejar de pensar en los chistes que podían ser incluidos en tal o cual escena, los momentos graciosos que se podían sacar de tal o cual escena, cosas así, termine con la certeza de que yo habría hecho un mejor trabajo como guionista que el tipo que escribió esta cosa, pero eso no es merito alguno. Perfectamente olvidable, por suerte… a excepción del hombre tortuga, eso sí que se queda en tu mente.