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Voto de kawenzotz:
4
27 de marzo de 2017
28 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
No se le puede negar a Alex de La Iglesia habernos dejado algunos de los mejores y más disparatados momentos del cine español desde su descacharrante ópera prima “Acción Mutante” con una trepidante BSO de Def con Dos, siguiendo con “El día de la bestia” y “La comunidad” tres auténticos puntales sobre los que se cimientan el resto de su filmografía, bastante más irregular, dicho sea de paso que estas tres grandes películas; “Crimen Ferpecto””Las brujas de Zugarramurdi””Balada triste de trompeta” o “Mi última noche “son también reseñables y aunque todas presentan altibajos, siguen presentando el sello canalla y peculiar del director bilbaíno.
Pero ésta última cinta EL BAR resulta ya repetitiva y no consigue remontar ninguno de los títulos anteriormente citados, todo está forzado y aunque el principio parece prometedor, pronto la historia comienza a parecer un refrito del Bar Reynols de AIDA y sus peculiares personajes con un aliño de REC y bastante de LA COMUNIDAD, donde todos hacen lo que esperamos que hagan y por eso deja de ser ya divertido, porque es previsible y a la vez poco creíble. La facilidad del director para manejar espacios claustrofóbicos y hacer que todo empeore siempre más, sacando lo peor de cada uno de los personajes, sigue estando ahí, pero muy sobreactuada y utilizando de manera excesiva sus habituales propios recursos.
Se nos hizo difícil llegar al final de la película, a la primera media hora estábamos, mi acompañante y yo, esperando algo menos de ruido y un poco más de chicha pero ni el guarrerío extremo de su última media hora consiguió hacernos disfrutar y salimos del cine con una sensación de agotamiento y pena por la ocasión perdida.
Pero ésta última cinta EL BAR resulta ya repetitiva y no consigue remontar ninguno de los títulos anteriormente citados, todo está forzado y aunque el principio parece prometedor, pronto la historia comienza a parecer un refrito del Bar Reynols de AIDA y sus peculiares personajes con un aliño de REC y bastante de LA COMUNIDAD, donde todos hacen lo que esperamos que hagan y por eso deja de ser ya divertido, porque es previsible y a la vez poco creíble. La facilidad del director para manejar espacios claustrofóbicos y hacer que todo empeore siempre más, sacando lo peor de cada uno de los personajes, sigue estando ahí, pero muy sobreactuada y utilizando de manera excesiva sus habituales propios recursos.
Se nos hizo difícil llegar al final de la película, a la primera media hora estábamos, mi acompañante y yo, esperando algo menos de ruido y un poco más de chicha pero ni el guarrerío extremo de su última media hora consiguió hacernos disfrutar y salimos del cine con una sensación de agotamiento y pena por la ocasión perdida.