Pueden hacerme caso, me he tragado las dos temporadas enteras (es decir, toda la serie) y éste es el resumen, a grosso modo:

Lo peor es que la serie empieza bien. Es imposible no hacerlo cuando plagias la película. Aunque los actores no le llegan a la suela de los zapatos a Clooney & Tarantino, al final le coges cierto cariño a Seth Gecko.

La primera temporada tiene algo más de interés, básicamente porque es la película. El problema consiste en que es mil veces menos gamberra, cruda y con ese toque que solo maestros de la talla de Robert Rodríguez y nuestro "Tarantelas" pueden darle a estos productos, puros Frankesteins.

El problema es que lo que empiezan siendo pequeñas situaciones absurdas (por ejemplo que un vampiro salga a la luz del día con guantes cortados y no se queme los dedos), acaba siendo una chorrada de serie como un piano. Cierto es, que todo parece repuntar en el momento en el que la trama cambia (sí, como la película, cuando llegan al "lugar de reunión"), sobre todo porque te pasas pensando media serie que lo de Salma Hayek es irrepetible e insuperable, pero resulta que no. El "Satánico Pandemonium" de esta serie es sencillamente lo más grande que se ha podido encontrar en el mundo.

A partir de ahí, el guionista se queda sin ideas, acaba la primera temporada medio aceptablemente y empieza la segunda, que es como una especie de Underworld cutre y aburrida.

Los tres últimos capítulos son de apagar la TV directamente (y no lo haces porque llevas diecisiete ya), y acaban haciendo una coral de sandeces y chorradas, que hace que pienses que si aquello dura dos capítulos más, le das un "0" en Filmaffinity, y eso que no se puede.

Eso es esta serie. Si el primer capítulo ya no te encanta, no sigas. Es el mejor.Y si te encanta, vas a acabar decepcionado.

Y es que no es tan fácil copiar la genialidad.