Primero decir que este drama británico producido por la BBC ha sido ganador de cinco premios BAFTA TV, incluyendo mejor miniserie y mejor director, en este caso directora: Philippa Lowthorpe. Y aún así, es muy poco conocida.

La historia, basada en hechos reales, nos sitúa en la ciudad de Rochdale (Manchester), adentrándonos así en uno de los casos más espeluznantes de la historia moderna de Gran Bretaña. Este caso indignó a la sociedad tanto por los abusos como por la incompetencia burocrática. La miniserie cuenta el abuso y el tráfico de menores de edad, y cómo el sistema les falló una y otra vez de distintas maneras. Un grupo de hombres “recluían” niñas desorientadas o con problemas familiares, ofreciéndoles comida, emborrachándolas hasta finalmente violarlas y obligarlas a prostituirse. Al tratarse de menores, la concepción sobre sí mismas y de lo que les estaba sucediendo no la tenían clara.

Por si fuera poco, la serie nos muestra las cloacas de la burocracia, policía y servicios sociales, que por miedo a ser tildados de racistas hacen caso omiso a las distintas alertas que desde Centros de Salud Sexual e incluso la denuncia de una de ellas.

Es una exposición así mismo tanto del clasismo como del machismo, en este caso del sistema. Eran niñas de clase baja, “problemáticas”. Así que al más mínimo intento de destapar el terrible asunto, son tratadas con poco respeto. Y, una vez más, cuestionando a las víctimas.

Nos hace sentir cómo lo viven las familias de las víctimas, como se sienten ninguneados, el dolor por los que les ha pasado a sus hijas y la rabia de que las autoridades miren hacia otro lado.

Es una maravillosa crítica a las autoridades británicas y, mediante ciertos personajes, una auténtica lección de integridad y profesionalidad. Una bofetada a la injusticia, las apariencias y el servilismo público.

No es para nada morbosa y está muy bien documentada. Además, las actuaciones son brillantes, especialmente las chicas protagonistas.

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