Con el único gancho de la presencia de Burt Reynolds, transcurre esta pelicula que termina siendo aburrida y sin emoción a lo largo de sus cortos e interminables 90 minutos. La historia es la vida de un veterano ladrón que conoce a un joven, bastante torpe, iniciándolo en el mundo del delito y pasando a ser su socio. Por supuesto las emociones son pocas al igual que la comedia o los giros argumentales. Solo la presencia de Burt Reynolds (ya mayor y con pocas ganas de actuar al menos en esto) hace que uno le preste atención a un film que claramente sin él hubiera pasado sin pena ni gloria como finalmente terminó ocurriendo. Las demás actuaciones son muy mediocres a tono con todo lo demás. Desechable.