Aunque nos pueda parecer la versión de Kevin Durant de Space Jam ni por asomo son comparables la una con la otra más allá de que ambas tratan de baloncesto y presentan a un gran jugador de la época como aliciente. Creo que esta película debería ser valorada por el publico para la que va dirigida, es decir, niños de 3-5 años y que para el resto se nos queda floja, con doblajes al español bastante "sosos" y con poca chicha, malas actuaciones y pocas risas. La historia es muy simple y repetida, lo cual no es del todo un problemas ya que lo que suele interesar a los adolescentes no es algo nuevo y complicado pero esta vez logran que hasta el propio Justin Bieber se tirara de los pelos por algo más.
La cuestión es que es muy simple y solo la recomendaría para aquellos que tengan hijos pequeños y quieran que estos empiecen a interesarse por éste deporte.