Este tipo de docus sobre las malevolencias de los alimentos contemporáneos habitualemnte gozan de una acogida incondicional casi new age. En mi opinión suele devenir de la lamentable asunción popular de un eslogan como es "somos lo que comemos", juicio de valor con una lógica más bien difusa, cuando no disparatada, que de un adecuado rigor científico. Este Fed Up hace referencia al azúcar y procura hacerlo con la habitual devastadora alarma que, por otro lado, tampoco podemos calificar de gratuita. Explica de forma interesante el orígen de la sobresaturación de la glucosa en la industria alimentaria, alegato necesario y extremadamente revelador, así como lo último en materia de absorción y metabolización de esta sustancia, efectos adictivos, etc. Es lo que debería dejar de poso Fed Up y no contagiarse demasiado por un ritmo endiablado que, en ocasiones, combina certeras argumentaciones con otras cuyo valor científico es sesgado o simplemente no estan probadas más allá de la especulación. Si acotamos el efectismo de los niños gordos llorando y tal, lo bueno es que prácticamente todos ya estabamos alerta sobre los efectos perniciosos del consumo de azúcar, a pocos hay que convencer, y esta Fed Up sirve para ilustrar un poquito cómo hemos llegado aquí.