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España España · Valladolid
Voto de vircenguetorix:
6
Drama En 1935, Eisenstein se acerca de nuevo a la vida campesina y rueda un film, que posteriormente es destruido. Esta versión es un montaje con los restos salvados de la destrucción, y en ella se ve de nuevo el genio del cineasta, al narrar el conflicto entre un viejo "kulak", que simboliza el viejo régimen y su hijo, un pionero, entusiasta de la nueva situación política de su país. (FILMAFFINITY)
30 de junio de 2009
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Incluir a “El prado de Bezhin” como película es cuando menos un atrevimiento. Realmente no es ni un cortometraje, es más bien una especie de linterna mágica con música de fondo, donde vamos visionando diferentes fotogramas deshilachados. Es lo que nos queda. La película se perdió y es lo que hay, incluso nos podemos dar con un canto en los dientes porque la trama se puede seguir perfectamente.

Estas cosas son siempre muy tristes, que desaparezca una creación artística es doloroso, y ha pasado en todos los ámbitos, sobre todo en la arquitectura, pero no hay que dramatizar.

Los tibetanos se pasan días y semanas haciendo unas magníficas pinturas de colores en los suelos, y recién terminan las destruyen. Lo hacen para recordar(nos) que nada es eterno. Afortunadamente.

Un día de estos nosotros desapareceremos, y el cine también. No hay drama. Por lo tanto que “El prado de Bezhin” vaya cogiendo sitio en el limbo de los justos por adelantado, sirve para estar en guardia.

Y una cosa más, si me hubieran dicho que tenía que cargarme una película de Eisenstein obligatoriamente, esta tendría muchas papeletas. Por lo que se puede ver en lo que queda, no era ni mucho menos su gran trabajo. Hasta la fatalidad sabe ser moderada a veces.
vircenguetorix
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