En la historia del cine resulta complicado encontrar una secuela donde existe tanta diferencia de calidad con respecto a la primera como en "Regreso al planeta de los simios". Todo la sutileza de la primera entrega con su carga filosófica, metafísica y simbólica se pierde para dar paso a una película que parece más bien una parodia. En gran parte debido a un guión espantoso que en ocasiones ocasiona verguenza ajena. Los hombres que viven en el metro parecen los teletubbies y un actor tan horrendo como James Franciscus seleccionado únicamente por sus pectorales le queda grande el proyecto. Charton Heston que aunque no aparezca mucho hace uno de los peores papeles de toda su carrera.
Lo mejor la fotografía de Krasner, el maquillaje y la belleza de Linda Harrison (porque como actriz un cero a la izquierda). Una lamentable secuela de una obra maestra como era "El planeta de los simios". Uno no entiende como se pudo continuar haciendo más entregas viendo la calidad ínfima de esta segunda. Uno de los grandes culpables es Ted Post, un director segundón de apreciables westerns que aquí no sabe que está rodando otra cosa y que cuando puede parece que filma otra de vaqueros.