Eclipsado por los De Sica, Visconti, Rossellini, Fellini, Bertolucci o Antonioni, Pietro Germi no es uno de los directores más reconocidos de Italia, pero si se ve la excelente "Divorcio a la italiana" se aprecia que detrás hay un autor que merece ser considerado.

En esta ocasión, lo que nos presenta es un interesante ejercicio de cine negro. Un tenaz comisario (interpretado más que correctamente por el propio Germi) y sus ayudantes tienen que resolver el doble misterio de un robo y un asesinato. Los sospechosos serán (como mandan los cánones) el marido, la criada, el novio de ésta, un aprovechado familiar, el extraño vecino y quien pueda surgir en el ágil desarrollo de la trama.

Es cierto que la película no hace grandes aportaciones a un género que nos había dejado obras maestras durantes las décadas precedentes, sobre todo en EE.UU. y Francia, pero se ve con interés y el convencional pero notable guión está ejecutado con maestría.