Entre manos tenemos una pelicula que junta dos historias: por una parte, la del jefe de equipo que fue un piloto de éxito pero que cada vez se adentra más en el fracaso y por otra la de un chaval negro con problemas con la justicia.

A partir de ahí, la película está entretenida, pero su hilo argumental es tan previsible que le quita toda la emoción a la cinta, con una ejecución con demasiados tintes a sueño americano.

Nuestro expiloto se revela como el típico hombre duro que no ha aprendido las lecciones del fracaso exhibiendo una reprimida necesidad de ser padre, mientras que nuestro delincuente se muestra como el típico buen chico pero que a base de problemas familiares y falta de oportunidades debe buscarse la vida por cauces ilegales, del que se desprende una falta de educación paterna por su inmadurez.

Recomendable si no tienes nada mejor que ver, porque no te cambiará la vida ni mucho menos te sorprenderá su argumento. Aunque por otra parte, es muy agradable visualmente ver a esos mastodontes ir a todo trapo en las pistas de tierra estadounidenses.