Media votos
5.6
Votos
3,597
Críticas
268
Listas
212
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de Nuño:
8
7.0
5,764
Drama
Una pareja que atraviesa un divorcio debe aunar fuerzas para encontrar a su hijo, desaparecido tras una de sus peleas. (FILMAFFINITY)
11 de diciembre de 2017
44 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
Zvyagintsev contempla, en 'Loveless', no tanto el tedio de la vida moderna como su feroz impersonalidad.
El elocuente elemento transmisor, como en 'La tormenta de hielo' de Ang Lee, es el frío, que parece inextinguible en el enorme país del Volga.
...
Los primeros minutos de 'Loveless' apelan a la incomodidad conyugal de 'L'eclisse' (1962) de Antonioni. El domicilio de la pareja como lugar de batalla. Hasta las paredes parecen exudar una lánguida tristeza tras testimoniar tantas discusiones.
La pareja protagonista ya no se quiere, y dejan como vestigio de su fracaso un niño que, ahora, es un estorbo.
...
El retablo de desapegos que, con este descorazonador planteamiento, despliega Zyavingtsev hiela y compunge.
Las pernoctas, en las que los personajes parecen descansar en el mismo frío.
Los glaciales encuentros sexuales, bañados en un desangelado azul.
Las nuevas vidas emprendidas por padre y madre, cada uno ya por su lado, igualmente impregnadas de desesperanza.
La película es mitad elegía de la incomunicación (invoco, en este punto, a los itinerantes personajes de 'Lejano', 2002, de Nuri Bilge Ceylan), mitad crítica despiadada, en línea con el Haneke de 'El séptimo continente' (1989). En aquella, era la cinta de la compra la que se movía como un impenitente mecanismo; ahora, en 2017, es el dedo de la madre, cimbrando sobre la pantalla del móvil, pasando revista al tablón de noticias de la red social de turno.
...
Lo más aterrador es la pregunta que parece estar suspendida en el aire durante toda la película. ¿Es posible amar al hijo que engendraste con alguien a quien desprecias?
La impuesta orfandad del niño le obliga a desaparecer, en uno de sus lacónicos vagabundeos, y aquellos que lo trajeron al mundo emprenden su búsqueda para devolverlo a él.
Aparecen el trámite burocrático, la esquemática actuación policial.
El rastreo familiar se reduce a un desabrido encuentro con la abuela, que se deshace en diatribas y furibundos ataques a su hija; no parece haber resquicio de calor en el que el joven se haya podido cobijar.
La búsqueda es lúgubre, cansada, casi introspectiva; lejos de la emoción tensa del thriller, y más cerca de la penitencia.
El elocuente elemento transmisor, como en 'La tormenta de hielo' de Ang Lee, es el frío, que parece inextinguible en el enorme país del Volga.
...
Los primeros minutos de 'Loveless' apelan a la incomodidad conyugal de 'L'eclisse' (1962) de Antonioni. El domicilio de la pareja como lugar de batalla. Hasta las paredes parecen exudar una lánguida tristeza tras testimoniar tantas discusiones.
La pareja protagonista ya no se quiere, y dejan como vestigio de su fracaso un niño que, ahora, es un estorbo.
...
El retablo de desapegos que, con este descorazonador planteamiento, despliega Zyavingtsev hiela y compunge.
Las pernoctas, en las que los personajes parecen descansar en el mismo frío.
Los glaciales encuentros sexuales, bañados en un desangelado azul.
Las nuevas vidas emprendidas por padre y madre, cada uno ya por su lado, igualmente impregnadas de desesperanza.
La película es mitad elegía de la incomunicación (invoco, en este punto, a los itinerantes personajes de 'Lejano', 2002, de Nuri Bilge Ceylan), mitad crítica despiadada, en línea con el Haneke de 'El séptimo continente' (1989). En aquella, era la cinta de la compra la que se movía como un impenitente mecanismo; ahora, en 2017, es el dedo de la madre, cimbrando sobre la pantalla del móvil, pasando revista al tablón de noticias de la red social de turno.
...
Lo más aterrador es la pregunta que parece estar suspendida en el aire durante toda la película. ¿Es posible amar al hijo que engendraste con alguien a quien desprecias?
La impuesta orfandad del niño le obliga a desaparecer, en uno de sus lacónicos vagabundeos, y aquellos que lo trajeron al mundo emprenden su búsqueda para devolverlo a él.
Aparecen el trámite burocrático, la esquemática actuación policial.
El rastreo familiar se reduce a un desabrido encuentro con la abuela, que se deshace en diatribas y furibundos ataques a su hija; no parece haber resquicio de calor en el que el joven se haya podido cobijar.
La búsqueda es lúgubre, cansada, casi introspectiva; lejos de la emoción tensa del thriller, y más cerca de la penitencia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Al final, la búsqueda del hijo termina con una nueva negación, ambigua y terrorífica, ante un (su) cadáver desfigurado.
...
Un puñado de meses después, la vista sigue en la pantalla del móvil, el aire lo domina el silencio y un nuevo niño llora en su lugar.
La muerte anónima queda silenciada en el estatismo perpetuo.
...
Zvyagintsev, con su estilo sombrío y recio, parece destinar un grito de hielo a las vilezas de este mundo. Dudo que para mejorarlo; más bien, para vincularse por completo a la estirpe de los pesimistas.
Le entiendo; el ingreso, más que tentador, ya es casi inevitable.
Gracias.
...
Un puñado de meses después, la vista sigue en la pantalla del móvil, el aire lo domina el silencio y un nuevo niño llora en su lugar.
La muerte anónima queda silenciada en el estatismo perpetuo.
...
Zvyagintsev, con su estilo sombrío y recio, parece destinar un grito de hielo a las vilezas de este mundo. Dudo que para mejorarlo; más bien, para vincularse por completo a la estirpe de los pesimistas.
Le entiendo; el ingreso, más que tentador, ya es casi inevitable.
Gracias.