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Voto de Javicaysa:
5
7.9
11,399
Intriga. Drama
Tercer episodio de la tercera temporada de Sherlock. Un caso de cartas robadas conduce a Sherlock Holmes a un conflicto con Charles Augustus Magnussen, el Napoleón del chantaje, y el único hombre a quien realmente odia. ¿Pero cómo enfrentarse a un enemigo que conoce los secretos y los puntos débiles de todos los personajes de Occidente? (FILMAFFINITY)
20 de febrero de 2014
27 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
El peor episodio de la serie.
Si ya han visto los anteriores, véanlo, por supuesto. No tiene sentido echarse para atrás a estas alturas. El capítulo tiene momentos muy majos, y el humor funciona a la perfección.
Pero si ya lo han visto, vayan al espoiler, y no serán capaces de discrepar (qué indignidad).
Si ya han visto los anteriores, véanlo, por supuesto. No tiene sentido echarse para atrás a estas alturas. El capítulo tiene momentos muy majos, y el humor funciona a la perfección.
Pero si ya lo han visto, vayan al espoiler, y no serán capaces de discrepar (qué indignidad).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Pero vamos a ver.
O sea, que la genialidad de Sherlock consiste en dispararle a la cabeza a un malo desarmado. Porque sí. Con dos cojones. Ejecución sumaria.
“Jajaja, Sherlock, soy más listo que tú, te la he jugado, mi intelecto resplandece”
“¡Pues te mato!”, ¡Pum!
“Aaaaaarg me muero”
“Jejeje, soy genial y muy astuto”.
¿Desde cuándo Sherlock pasa de desmontar intrincados planes a cargarse a gente porque no puede con ella? Así también resuelvo yo 400 casos. Asesino al sospechoso y listo. No te digo.
No me convence una porra que el único recurso de Sherlock consista en pegar tiros en la nuca a traición. No sólo se convierte en un asesino, sino que se convierte en un hijo de puta frustrado.
Pero, ¿saben lo mejor?, da lo mismo.
“¡Oh Sherlock, has matado a un hombre!”.
“No pasa nada, ahora sale Moriarty en una pantallita, y todo olvidado”.
Y no voy a hablar de la reconversión de la señora Watson en agente especial de la CIA, o en asesina también, así como de su redención gracias al amor, para que no me entre una úlcera.
O sea, que la genialidad de Sherlock consiste en dispararle a la cabeza a un malo desarmado. Porque sí. Con dos cojones. Ejecución sumaria.
“Jajaja, Sherlock, soy más listo que tú, te la he jugado, mi intelecto resplandece”
“¡Pues te mato!”, ¡Pum!
“Aaaaaarg me muero”
“Jejeje, soy genial y muy astuto”.
¿Desde cuándo Sherlock pasa de desmontar intrincados planes a cargarse a gente porque no puede con ella? Así también resuelvo yo 400 casos. Asesino al sospechoso y listo. No te digo.
No me convence una porra que el único recurso de Sherlock consista en pegar tiros en la nuca a traición. No sólo se convierte en un asesino, sino que se convierte en un hijo de puta frustrado.
Pero, ¿saben lo mejor?, da lo mismo.
“¡Oh Sherlock, has matado a un hombre!”.
“No pasa nada, ahora sale Moriarty en una pantallita, y todo olvidado”.
Y no voy a hablar de la reconversión de la señora Watson en agente especial de la CIA, o en asesina también, así como de su redención gracias al amor, para que no me entre una úlcera.