Haz click aquí para copiar la URL
Voto de griffinjazz:
8
Drama. Cine negro. Intriga Una mujer sale de prisión en libertad condicional y empieza a salir con un hombre atractivo. La relación peligra porque ella no sólo le oculta cuál es su situación judicial, sino también el hecho de que tiene una relación sentimental con el funcionario de prisiones que supervisa su caso. (FILMAFFINITY)
30 de julio de 2014
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Company She Keeps (Prisionera de su pasado). John Cromwell, 1951.

Qué hay. Cuando vi esta foto el otro día, me llamó poderosamente la atención por escasamente habitual. Dos grandes actrices del noir (ese cine negro "social" tan apasionante), nada menos que Jane Greer y Lizabeth Scott, compartiendo primer plano y protagonismo, las dos con actitud entre temerosa y expectante (por distintas razones), siendo evidente en un solo fotograma que se acaban de conocer (el consejo encargado de aprobar la libertad de las reclusas, también está formado por mujeres, así como la directora del hospital que acoge a Jane). Visto el filme del imprescindible John Cromwell (por no menos de una docena de grandes títulos, como "In Name Only" o "Callejón sin salida", films muy apreciados por servidor ), no puedo más que recomendar su visión y análisis, por lo inaudito y singular de su argumento. Jane Greer (Joan) es una reclusa que acaba de salir de la cárcel, y Lizabeth Scott (Diane) es su agente de libertad condicional. Lo impactante es que ambas desempeñan papeles que habitualmente en el cine negro de lo 40 y 50 están destinados a hombres. Ambas se encuentran con conflictos habituales del género, la fatalidad y el convencimiento de que no se puede luchar contra ella, de que no existe posibilidad de redención por la imposibilidad de aprender a creer en otro o la competencia entre ambas por el mismo hombre. Destaco especialmente el personaje de Lizabeth Scott, una profesional íntegra, con tal sentido de la lealtad y la justicia, que es capaz de ofrecer su propio sacrificio para oponerse al previsible destino de Joan.
No es ni mucho menos una serie B, se trata de una producción RKO de John Houseman, nada menos, lo cual no quita para que, por ejemplo, no sea citada en estudio sobre El Cine Negro de la RKO de Gonzalo M. Payés (¿?).
Nada más, solo recomendar de nuevo su visión, porque aparte del argumento, la realización es una gozada, da gusto como el mítico Nicholas Musuraca ilumina a las dos actrices con un espectacular blanco y negro, abundando planos que ponen los pelos de punta, como cuando Jane está trabajando en el hospital aplicando un masaje a un paciente, y cae una lágrima sobre su espalda, con lo que éste sabe que ella está llorando.
griffinjazz
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow