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Voto de primo gose:
7
Drama Terminada la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Georgia, al igual que otros estados del Sur, empieza a recuperarse. El dueño de Riverside, una moderna compañía dedicada a la agricultura y a las conservas, ha comprado toda una región, excepto dos pequeños ranchos: el de Rad McDowell y el de Reeve Scott. Quienes sí están dispuestos a vender sus fincas, colindantes con las de Rad y Reeve, son Julie Ann y Henry Warren. Pero la compañía les ... [+]
7 de junio de 2010
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primero tengo que decir que de la puesta en escena no puedo hablar con propiedad, ya que la copia que he visto es la del VHS que se edito en su momento, en el que el cinemascope se recorta para adaptarlo al televisivo formato 4:3. Ello, evidentemente, arruina gran parte de los planos.

Según la crítica oficial a partir de El Cardenal se inicia una curva descendente en la carrera de Otto Preminger. Aunque no cabe duda de ello, tampoco debe menospreciarse por ello esta cinta, que aunque no atesora algunas de las cualidades más típicas de su cine en lo concerniente al guión, este está magnificamente engarzado. En fin, que el film reune el suficiente interés y está lo suficientemente bien narrado como para estar pendiente de lo que ocurre durante sus, quizás abultados, 145 minutos.

Lo más desconcertante para el habitual del cine de Preminger es el planteamiento maniqueo de esta película. Así el personaje de Michael Caine resulta excesivamente caricaturesco en ocasiones, ya que en contadas ocasiones se intenta mostrar y explicar la génesis de su egoísmo. Menos mal que Caine hace creíble cualquier personaje que aborde, porque sino la película si se podría haber resentido. También por suerte el papel del juez racista recae en el soberbio Burgess Meredith, ya que la parodia podría haber resultado excesiva para un drama de la seriedad de esta cinta (ojo, también se incluyen momentos más o menos humorísticos, casi todos a cargo de la familia del juez).

Más matizados resultan los "buenos". El personaje de Faye Dunaway (que realiza una notable labor en su primera película) bascula de forma maravillosa entre el apoyo a su marido y el pragmátismo más terrenal, sin que en ningún momento quepa dudar de la verosimilitud de sus motivaciones. También Thomas Ewell, el soldado recién retornado de Europa, encarnado por Loring Smith, está definido de una forma creíble y concisa, aunque su actuación no es precisamente memorable, en mi opinión. Me encanto la escena en la que tras la muerte de la madre de Reeve Scott (Robert Hooks) y el silencio de este, a Ewell le sale toda la educación racista que ha recibido, a pesar de todo el aprecio que siente por la familia Scott. Muy notable actuación de Jane Fonda, en el papel con más chicha y también, al igual que en el caso de Faye Dunaway, de los mejor delimitados. El papel de Robert Hooks, también encarnando a un ex-soldado, es el menos atractivo de todos, ya que se trata del típico hombre-de-una-pieza que acaba y empieza la película sin aprender absolutamente nada por el medio. Más interés reune el desempeñado por Diahann Carroll, pero por desgracia no juega más que un papel secundario (y un poco tramposo, una de sus intervenciones casi puede considerarse un deus-ex-machina, pero quizás estoy siendo excesivamente severo).

En definitiva, en mi opinión un buen film, disfrutable para cualquiera con gusto por los dramas sureños o con discurso antiracista, tan en boga por aquellos años.
primo gose
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