Haz click aquí para copiar la URL
España España · Miranda de Ebro
Voto de Cocalisa:
9
Thriller. Intriga Hank, su hermano y un amigo encuentran 4.500.000 dólares en una avioneta que ha sufrido un accidente. Enfrentados al dilema de quedarse o no con el dinero, adoptan una solución intermedia: como Hank es el único que tiene un empleo estable y, por tanto, es el menos sospechoso, guardará el dinero durante una temporada. Si, al final, nadie lo reclama, se lo repartirán a partes iguales. (FILMAFFINITY)
20 de julio de 2007
59 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vida nos viene grande... Esta es, al menos, la certidumbre que insidiosamente va minando los días de la familia Mitchell y de su reducidísimo círculo de amistades una vez que, en una bobalicona resolución, optan por abrir la “caja de los truenos”. A partir de ese instante, personajes movidos por una progresivamente explícita codicia intentan conducir un destino ingobernable. Peor aún, un destino que parece seguir milimétricamente el plan trazado por una mente maliciosa, cruel, alentada por una perversa variedad del humor negro.
Recuerdan estos definitivos antihéroes a los que protagonizaban el “Fargo” de los hermanos Coen. Unos y otros actúan en un universo cubierto de nieve, útil metáfora de su desamparo. Unos y otros exudan un aura de indefensión, de arbitrariedad, del más profundo desconcierto. Unos y otros toman, por una vez, una decisión importante en sus vidas... y no tardan en intuir el desastre que traerá aparejado ese gesto.
“A simple plan”, la magnífica traslación al cine de la novela homónima de Scott B. Smith, supone una incontestable reivindicación del talento de Sam Raimi, un director al que muchos daban por definitivamente echado a perder tras una serie de fiascos. Aclamado a los veintidós años por su primer film, ”Posesión infernal”, proyectado a la popularidad por su divertido “El ejército de las tinieblas”, criticado por “Rápida y mortal” o “Entre el amor y el juego”, Raimi demuestra en “Un plan sencillo” una madurez y maestría narrativa excepcionales.
Nada es superfluo en estos 123 intensos minutos de buen cine, de cine sólido. Sobran en la obra motivos para el disfrute del espectador. Por ejemplo, la perfecta estructura de su argumento, también escrito por S.B. Smith, que vería recompensado su trabajo con la candidatura al Oscar al mejor guión adaptado. O el espléndido trabajo de los actores, entre los que cabe destacar un inconmensurable Billy Bob Thornton en puro estado de gracia. Su construcción de Jacob Mitchell -también nominada al Oscar- es tan emocionante como prodigiosa, en línea con sus magistrales interpretaciones de Ed Crane, en “El hombre que nunca estuvo allí”, o de Hank Grotowski, en “Monster´s Ball”.
Si a usted -que se sienta a oscuras, frente a la pantalla- le resulta difícil alejar una leve sombra de mala conciencia por asistir tan lleno de gozo a las crecientes complicaciones de los protagonistas... concédase a sí mismo una indulgente coartada : después de todo, ellos eligieron una talla excesiva.
Cocalisa
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow