Otra producción que pertenece a los clásicos de la televisión colombiana es Hasta que la plata nos separe del mismo creador de Café con aroma de mujer y Yo soy Betty la fea.
La trama es interesante: Rafael Mendez, un vendedor muy rebuscador y luchador para sacar adelante a su familia de la deuda hipotecaria que no lo dejan dormir tranquilos, y Alejandra Maldonado, una empresaria pudiente e histérica que trabaja en un concesionario de autos que se conocieron por accidente de tránsito en la que Alejandra quedó lisiada y con un rencor insoportable que lleva dentro; por lo que su plan es contratar a Rafael Mendez y cobrársela con creces todo el daño que le causó del accidente con los salarios y comisiones que él mismo gana.
Por su parte, Rafael Mendez trata de lidiar con sus colegas en la venta de autos y sus estereotipos bien desarrollados y lleva a cuestas su intensa novia "La pajarita" con que quiere sacársela del cuerpo por su actitud. El odio que lleva Alejandra y Rafael entre sí, logra poco a poco transformarse en amor y Alejandra debe cuidarse de su hacienda que le deja como herencia de su desmemoriado padre Jorge antes que su novio, el abogado Rubén y su colega atolondrado Chávez, usurpen dicha hacienda que está en juego.
Los colegas de Rafael Mendez tienen sus carácteres peculiares con la que da mayor juego a la historia, así como los demás personajes que tienen que aprender a compartir juntos así tenga los sumos en sus vidas.
Lástima grande que el último capítulo la hayan tirado de la peor manera con la que el odio se transforme en amor para así lograr la unión como si fuera un cuento de hadas. Y otro punto en contra de la novela es la carencia de la profundización del conflicto para que sea más interesante, atrayente y dinámico compensada por el gracejo que imprime Fernando Gaitán. Se hizo lo que se pudo, no hay problema.