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Voto de Caith_Sith:
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Ciencia ficción. Drama. Aventuras
Al ver que la vida en la Tierra está llegando a su fin, un grupo de exploradores dirigidos por el piloto Cooper (McConaughey) y la científica Amelia (Hathaway) emprende una misión que puede ser la más importante de la historia de la humanidad: viajar más allá de nuestra galaxia para descubrir algún planeta en otra que pueda garantizar el futuro de la raza humana. (FILMAFFINITY)
7 de noviembre de 2014
414 de 543 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me resulta más sencillo hablar de "Interstellar" como la he percibido, porque en el fondo no es más que un sueño colectivo implantado por Nolan y su equipo en nuestro subconsciente. Y sólo a veces, cuando lanzamos aquella peonza, el tótem de Mal/Cobb, sabremos que estamos en el mundo real o en el soñado. Cuando la veamos tambalearse o seguir girando, continuamente, hasta el infinito y más allá.
La nueva producción del director de "El Caballero Oscuro" u "Origen" sobrevive al 'hype', a las expectativas, aunque pareciera que nuestro subconsciente, por momentos, pelease para enfrentarse a sus ideas. El concepto es ambicioso, bigger than life, es en esencia uno que sólo los Nolan serían capaces de intentar implantar en la memoria colectiva: cuando el planeta Tierra se encuentra condenado a su extinción, y con él su gente, un grupo de astronautas parte hacia el espacio en busca de planetas habitables para salvar a la civilización, haciendo uso de un agujero de gusano para acortar distancias. Por el camino irán topando con elementos del pasado, que generarán nuevos niveles 'de sueño', introduciéndose en la mente del espectador de forma serpenteante. El montaje de la película se refiere a esta condición de saltos temporales, alternando la odisea espacial con lo que sucede en el planeta Tierra, desde los ojos de los miembros de una familia rota: una hija, y un padre que aspira a volver a su hogar. El equilibrio es solvente pero a veces, la peonza deja de girar. Despertamos en la realidad, porque el hechizo se rompe cuando lo emocional y lo épico no son capaces de fluir con naturalidad. Cuando no pasa, seguimos soñando placidamente. Y somos elevados hacia las estrellas con tal facilidad que se asemeja a un milagro.
Creo que "Interstellar" se alza cuando es pequeña. La relación del primer tramo de la película, entre ese padre y sus hijos, respira verdad, cercanía, candor. Lo que siempre se le ha criticado a Nolan de la frialdad e incapacidad de generar empatía aquí se elimina de un plumazo, aunque creo honestamente que esto era algo que se ha magnificado y que, en verdad, ya estaba solucionado en cintas como "Origen". No obstante, aquí es más claro todavía y se potencia cuando ese padre, atrapado en un bucle, escucha los mensajes de sus hijos en esa fría nave espacial. Cuando sus ojos se descomponen, la voz se quiebra, y el corazón aparece en pantalla haciéndonos olvidar que esto es en el fondo una historia 'más grande que la vida'. Sencillamente no hay nada más grande que esa vida, la que Copper ve cómo escapa de sus manos, con una perspectiva de reunión imposible. Aún siendo cine ambicioso, grande, de registros épicos, en "Interstellar" el motor es la familia. Nolan sigue explorando sus temas habituales (la pérdida, la identidad, el pasado y cómo nos marca) y crea momentos de una belleza rotunda. Es quizá su película más pequeña a nivel puramente sensitivo, aquella en la que se vuelca más por retratar la humanidad. Incluso cuando se rescata a cierto personaje, que todos sabemos cómo va a evolucionar (o qué papel va a desempeñar, porque no hay evolución per se), hay un empuje emocional en su mirada. Ese gesto en el que desactiva el micrófono para no escuchar lo que pasa en la escafandra ajena, lo demuestra.
Cuando quiere ser grande, "Interstellar" lo logra en la mayoría de los casos. Pero quizá por contar con el astrofísico Kip Thorne como productor ejecutivo y consultor o sencillamente porque a Nolan le gusta adoctrinar en sus películas (mediante la repetición de ideas en voz alta), a veces se le va un poco de las manos. Cuando no lo hace, partitura excelsa de Hans Zimmer mediante, Nolan crea secuencias brillantes, emocionales y de registro épico: el planeta helado (que se ve en los posters, no es spoiler), los planos generales en el espacio, las secuencias del maizal, a medio camino entre "Señales" y el Malick de "Días del cielo", la contextualización del apocalípsis como nube de polvo que arrastra todo a su paso. Es una película muy bella, aunque creo que carece de la capacidad de sugestión y el misterio de clásicos del género como "Solaris" de Tarkovski o "2001" de Kubrick; o sin irnos a otros nombres, demasiado relamidos, al "Origen" del propio Nolan. En aquella película, el personaje de Gordon-Levitt le decía al de Ken Watanabe que no pensase en elefantes, y posteriormente le preguntaba en qué estaba pensando. Watanabe le decía que pensaba en aquello que le había prohibido. Es así como se ejemplificaba que plantar una idea en el subconsciente era fácil, sabiendo el origen; pero no hacerlo de forma orgánica, creyendo que surgía de uno mismo. Con "Interstellar" pasa algo similar: cuando creemos en todo lo que vemos, sin atisbo de dudas, la peonza no deja de girar. Cuando la cosa se tuerce, por muy poco que sea; cuando se explica una regla y nos chirría; la peonza se cae.
Todo el cine de Nolan ha funcionado siempre a estos niveles. En todas sus películas hay giros, vueltas de tuerca, cuando no secuencias que literalizan ideas en lugar de limitarse a expandirlas. La criticada (en mi opinión, injustamete) secuencia de los barcos y las bombas en "El Caballero Oscuro", o el bloque de la nieve de "Origen" son claros ejemplos. En "Interstellar" esto se lleva al extremo. Hay no una, ni dos; sino varias partes en las que para seguir soñando y no despertar hay que suspender la credulidad. Como en los melodramas de Douglas Sirk, como en los musicales, cuando entendemos que esos personajes van a pasar a comunicarse cantando, de forma orgánica. Nolan sustenta "Interstellar" en la capacidad de soñar de cada espectador. No en la fe o la creencia, simplemente en lo que uno es capaz de aceptar dentro de un contexto de fantasía, de sueño. Cómo actúan según qué personajes, la resolución de cierto misterio 'sobrenatural', el mismísimo tercer acto y cómo concluye.
[LA CRÍTICA CONTINÚA ABAJO, POR FALTA DE ESPACIO. SIN SPOILERS, PODÉIS LEER SIN MIEDO]
La nueva producción del director de "El Caballero Oscuro" u "Origen" sobrevive al 'hype', a las expectativas, aunque pareciera que nuestro subconsciente, por momentos, pelease para enfrentarse a sus ideas. El concepto es ambicioso, bigger than life, es en esencia uno que sólo los Nolan serían capaces de intentar implantar en la memoria colectiva: cuando el planeta Tierra se encuentra condenado a su extinción, y con él su gente, un grupo de astronautas parte hacia el espacio en busca de planetas habitables para salvar a la civilización, haciendo uso de un agujero de gusano para acortar distancias. Por el camino irán topando con elementos del pasado, que generarán nuevos niveles 'de sueño', introduciéndose en la mente del espectador de forma serpenteante. El montaje de la película se refiere a esta condición de saltos temporales, alternando la odisea espacial con lo que sucede en el planeta Tierra, desde los ojos de los miembros de una familia rota: una hija, y un padre que aspira a volver a su hogar. El equilibrio es solvente pero a veces, la peonza deja de girar. Despertamos en la realidad, porque el hechizo se rompe cuando lo emocional y lo épico no son capaces de fluir con naturalidad. Cuando no pasa, seguimos soñando placidamente. Y somos elevados hacia las estrellas con tal facilidad que se asemeja a un milagro.
Creo que "Interstellar" se alza cuando es pequeña. La relación del primer tramo de la película, entre ese padre y sus hijos, respira verdad, cercanía, candor. Lo que siempre se le ha criticado a Nolan de la frialdad e incapacidad de generar empatía aquí se elimina de un plumazo, aunque creo honestamente que esto era algo que se ha magnificado y que, en verdad, ya estaba solucionado en cintas como "Origen". No obstante, aquí es más claro todavía y se potencia cuando ese padre, atrapado en un bucle, escucha los mensajes de sus hijos en esa fría nave espacial. Cuando sus ojos se descomponen, la voz se quiebra, y el corazón aparece en pantalla haciéndonos olvidar que esto es en el fondo una historia 'más grande que la vida'. Sencillamente no hay nada más grande que esa vida, la que Copper ve cómo escapa de sus manos, con una perspectiva de reunión imposible. Aún siendo cine ambicioso, grande, de registros épicos, en "Interstellar" el motor es la familia. Nolan sigue explorando sus temas habituales (la pérdida, la identidad, el pasado y cómo nos marca) y crea momentos de una belleza rotunda. Es quizá su película más pequeña a nivel puramente sensitivo, aquella en la que se vuelca más por retratar la humanidad. Incluso cuando se rescata a cierto personaje, que todos sabemos cómo va a evolucionar (o qué papel va a desempeñar, porque no hay evolución per se), hay un empuje emocional en su mirada. Ese gesto en el que desactiva el micrófono para no escuchar lo que pasa en la escafandra ajena, lo demuestra.
Cuando quiere ser grande, "Interstellar" lo logra en la mayoría de los casos. Pero quizá por contar con el astrofísico Kip Thorne como productor ejecutivo y consultor o sencillamente porque a Nolan le gusta adoctrinar en sus películas (mediante la repetición de ideas en voz alta), a veces se le va un poco de las manos. Cuando no lo hace, partitura excelsa de Hans Zimmer mediante, Nolan crea secuencias brillantes, emocionales y de registro épico: el planeta helado (que se ve en los posters, no es spoiler), los planos generales en el espacio, las secuencias del maizal, a medio camino entre "Señales" y el Malick de "Días del cielo", la contextualización del apocalípsis como nube de polvo que arrastra todo a su paso. Es una película muy bella, aunque creo que carece de la capacidad de sugestión y el misterio de clásicos del género como "Solaris" de Tarkovski o "2001" de Kubrick; o sin irnos a otros nombres, demasiado relamidos, al "Origen" del propio Nolan. En aquella película, el personaje de Gordon-Levitt le decía al de Ken Watanabe que no pensase en elefantes, y posteriormente le preguntaba en qué estaba pensando. Watanabe le decía que pensaba en aquello que le había prohibido. Es así como se ejemplificaba que plantar una idea en el subconsciente era fácil, sabiendo el origen; pero no hacerlo de forma orgánica, creyendo que surgía de uno mismo. Con "Interstellar" pasa algo similar: cuando creemos en todo lo que vemos, sin atisbo de dudas, la peonza no deja de girar. Cuando la cosa se tuerce, por muy poco que sea; cuando se explica una regla y nos chirría; la peonza se cae.
Todo el cine de Nolan ha funcionado siempre a estos niveles. En todas sus películas hay giros, vueltas de tuerca, cuando no secuencias que literalizan ideas en lugar de limitarse a expandirlas. La criticada (en mi opinión, injustamete) secuencia de los barcos y las bombas en "El Caballero Oscuro", o el bloque de la nieve de "Origen" son claros ejemplos. En "Interstellar" esto se lleva al extremo. Hay no una, ni dos; sino varias partes en las que para seguir soñando y no despertar hay que suspender la credulidad. Como en los melodramas de Douglas Sirk, como en los musicales, cuando entendemos que esos personajes van a pasar a comunicarse cantando, de forma orgánica. Nolan sustenta "Interstellar" en la capacidad de soñar de cada espectador. No en la fe o la creencia, simplemente en lo que uno es capaz de aceptar dentro de un contexto de fantasía, de sueño. Cómo actúan según qué personajes, la resolución de cierto misterio 'sobrenatural', el mismísimo tercer acto y cómo concluye.
[LA CRÍTICA CONTINÚA ABAJO, POR FALTA DE ESPACIO. SIN SPOILERS, PODÉIS LEER SIN MIEDO]
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Pero Nolan y su equipo son veteranos, llevan más de quince años implantando ideas en el subconsciente colectivo. Y lo logran una vez más, consiguen que el viaje por el espacio tenga épica, sea emocionante, que nos brillen los ojos y nos tiemblen las piernas. Zimmer, a lo suyo, construyendo una banda sonora que nos lleva al puro Edén. Nolan, con su cámara, recogiendo momentos de una belleza incalculable. El reparto, creyéndose cada línea de texto, incluso cuando alguna de estas resulta difícil de recitar. "Interstellar" es una muy buena película, pero no es "2001", no es "Solaris", ni siquiera creo que sea "Gravity". Ni falta que hace; es una cosa diferente, pero tan valiosa como las anteriores. Salí del cine azotado. Lancé la peonza. Esa que en algún momento se había caído. Mientras los títulos de crédito aparecían en la pantalla, me quedé observando, atentamente... y cuando llegó el fundido a negro, seguía girando. Nolan definitivamente sabe hacerme (y hacernos) soñar.
SPOILERS / DESTRIPES ARGUMENTALES A PARTIR DE AQUÍ
Si bien la crítica queda cerrada arriba, quiero señalar un par de cosas. Primero, que creo que su final es un poco anticlimático. No me refiero al final-final, aquel en el que Murph, ya anciana, envía a Cooper en busca de Amelia. Hablo de aquel en el que Cooper es rescatado y despierta en la colonia de Saturno. Creo que la película habría tenido un mejor cierre cuando su cuerpo queda suspendido en el espacio y Nolan crea un plano que remite a aquel bebé de "2001" de Kubrick. Lo sentimental se impone en este momento y no redondea un film que por otra parte en ese momento ya había bordeado cualquier posibilidad de parecer fuera de sí. Me gusta mucho el final-final, no por lo que cuenta sino por cómo lo transmite (Zimmer, gracias) pero insisto: si hubiera acabado 10 minutos antes, me habría gustado más.
Segundo, el tema de las casualidades. Que la Nasa no vaya directamente a por Cooper si tan importante era (le da el sentido a posteriori con el bucle temporal, pero es muy absurdo); que Murph descubra en el futuro que era su padre el que enviaba los mensajes; que el tiempo en el primer planeta equivalga por cada hora a siete años en la Tierra pero que el oleaje se mueva a un ritmo variable en función de las necesidades del guión; el rescate de Cooper 'a falta de minutos para que muera'. Entre otras. Menos mal que me gusta soñar. Y que en 'lo onírico', no hay reglas.
Por último, de forma completamente gratuita, me apetece colocar los films de Nolan de mejor a peor simplemente para ver en qué lugar encaja "Interstellar" partiendo de la base de que sólo la he visto una vez. Y que las demás han sido visionadas, al menos, dos veces. El orden seguiría así: "El caballero oscuro", "Origen", "Memento/Following", "El truco final/Interstellar", "Batman Begins", "El caballero oscuro: La leyenda renace" y finalmente "Insomnia". Ni una fallida, dicho sea de paso, pues todas oscilan entre lo bueno y lo extraordinario.
SPOILERS / DESTRIPES ARGUMENTALES A PARTIR DE AQUÍ
Si bien la crítica queda cerrada arriba, quiero señalar un par de cosas. Primero, que creo que su final es un poco anticlimático. No me refiero al final-final, aquel en el que Murph, ya anciana, envía a Cooper en busca de Amelia. Hablo de aquel en el que Cooper es rescatado y despierta en la colonia de Saturno. Creo que la película habría tenido un mejor cierre cuando su cuerpo queda suspendido en el espacio y Nolan crea un plano que remite a aquel bebé de "2001" de Kubrick. Lo sentimental se impone en este momento y no redondea un film que por otra parte en ese momento ya había bordeado cualquier posibilidad de parecer fuera de sí. Me gusta mucho el final-final, no por lo que cuenta sino por cómo lo transmite (Zimmer, gracias) pero insisto: si hubiera acabado 10 minutos antes, me habría gustado más.
Segundo, el tema de las casualidades. Que la Nasa no vaya directamente a por Cooper si tan importante era (le da el sentido a posteriori con el bucle temporal, pero es muy absurdo); que Murph descubra en el futuro que era su padre el que enviaba los mensajes; que el tiempo en el primer planeta equivalga por cada hora a siete años en la Tierra pero que el oleaje se mueva a un ritmo variable en función de las necesidades del guión; el rescate de Cooper 'a falta de minutos para que muera'. Entre otras. Menos mal que me gusta soñar. Y que en 'lo onírico', no hay reglas.
Por último, de forma completamente gratuita, me apetece colocar los films de Nolan de mejor a peor simplemente para ver en qué lugar encaja "Interstellar" partiendo de la base de que sólo la he visto una vez. Y que las demás han sido visionadas, al menos, dos veces. El orden seguiría así: "El caballero oscuro", "Origen", "Memento/Following", "El truco final/Interstellar", "Batman Begins", "El caballero oscuro: La leyenda renace" y finalmente "Insomnia". Ni una fallida, dicho sea de paso, pues todas oscilan entre lo bueno y lo extraordinario.