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Voto de Caith_Sith:
8
Animación. Ciencia ficción. Fantástico. Intriga La psiquiatra Atsuko Chiba ha desarrollado un método de terapia revolucionario denominado "PT", un prototipo de máquina experimental gracias a la cual es posible introducirse en la mente de los pacientes para tratar sus ansiedades. Pero uno de los modelos de PT es robado del laboratorio de la Dra. Atsuko, y comienzan a utilizarlo para invadir las mentes de sus creadores, destruyendo sus personalidades mientras duermen. (FILMAFFINITY)
8 de junio de 2007
72 de 84 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de debutar con la fantástica Perfect Blue y colocarse, a título personal, como un director con poco o nada que envidiar a genios como Hayao Miyazako o Isao Takahata con Millenium Actress, Satoshi Kon vuelve a dar en la diana con su película más personal hasta la fecha, una adaptación de una novela homónima nipona que parte de una base que no es nueva en el género de la ciencia ficción: una megacorporación ha desarrollado un aparato que, usándose bien, podría permitir la cura de enfermedades introduciéndose directamente en el cerebro del paciente, en sus sueños, y extirpándoles el mal. Desgraciadamente, a los tres minutos de película nos enteramos de que han robado dos de estos artefactos, por lo que a raíz de ahí toda la trama se centra en la investigación y búsqueda de dichos artilugios.

Kon nos muestra a toda la galería de personajes que protagonizarán esta función, todos ellos estereotipos del anime que, por primera vez en muchos años en el género, consiguen con una personalidad tremendamente definida ser más que meros monigotes. Tenemos a un científico bastante alocado e infantil, un anciano que resulta ser la voz de la conciencia aún con sus idas mentales, a un detective, e incluso a la mujer que es fría pero que se descubreinteriormente como una joven alocada. Pero lo importante aquí no es la presentación de personajes, sino el viaje onírico al que nos somete Satoshi Kon, un viaje por las profundidades de la mente, de los sueños y las pesadillas y que copa todo el protagonismo.

La bella At-Chan, y su materialización en forma de avatar en los sueños, Paprika, se comen todo el peso de una trama que resulta difícil de seguir si no se ponen los cinco sentidos en el intento. Por suerte, partiendo de la base de que todo es surrealista y onírico, tampoco habrá que buscarle lógica científica a todo, siendo primordial dejarse llevar por el poder de las imágenes de Satoshi Kon, quien con esta película atrapa al espectador y no lo suelta hasta pasados los 90 minutos, cortísimos, que dura la cinta. La animación es brutal, brillante, al nivel del mejor Ghibli, y la imaginación que demuestra este genio es casi equiparable a la que Miyazaki demostró en El Viaje de Chihiro.

Paprika es, en definitiva, una obra mayor de un tío que con apenas cuatro películas y una serie de 13 episodios se ha convertido en uno de los más prometedores directores japoneses -de películas anime o no-, y uno de los pocos capaces de añadir una carga emocional, filosófica y dobles sentidos a tramas adultas y completamente alejadas del anime tradicional. Una joya que no debéis perderos por nada del mundo y que, por poco, no alcanza -a título personal- el nivel de solidez de Millenium Actress, pese a ser totalmente equiparable a cualquier nivel.
Caith_Sith
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