Vaya por delante que Nicolas Alcalá no ha hecho una mala película, pero sí una torpe. Quizá el problema sea que su autor quiere dejar su impronta a toda costa, aún sin saber del todo cómo hacerlo, casi intentando eclipsar al verdadero mérito de la película, que pasa por haber sido financiada por más de 4500 personas. Sin embargo en "El cosmonauta" hay (buen) cine, imágenes con mucha fuerza y retazos de lo que algún día puede llegar a ser Alcalá si le dan suficiente crédito.

Leo muchas críticas indignadas porque la película no es de ciencia-ficción propiamente dicha, es decir, que no es 'de género'. Particularmente, a mi eso me da igual. Las buenas películas de sc-fi son las que permiten a sus personajes respirar en un mundo distinto al nuestro, independientemente de la cantidad de efectos visuales empleados. Por eso adoro una película como "The Man From Earth", porque es capaz de decir mucho encerrando a seis personajes en una habitación, haciéndoles hablar, permitiendo que sea el espectador el que complete los huecos que quedan abiertos. El problema de "El cosmonauta" no es tanto su rechazo a abrazar el género y sus códigos, como su incapacidad para contar algo que sea realmente relevante. El problema no es de estructura, que me parece muy válida e incluso valiente, sino de guión en un sentido puramente literario, llegando a la construcción de personajes.

Así, puedo aceptar abiertamente una estructura no-lineal, como la del último Malick (Tree of Life, To The Wonder) o Shane Carruth (Upstream Color) siempre y cuando lo que se cuente me interese, o por decirlo de forma más pomposa, "me fascine". No ocurre con "El cosmonauta", salvo en episodios aislados como los momentos en la nave, algún flashback (el del paseo por el río, con la cámara en un contrapicado; o la despedida 'carnal', por así decirlo). El resto me parece bastante poco interesante, sin llegar a aburrir pero tampoco a atrapar en exceso: esa rivalidad entre amigos no termina de ser patente en lo relativo al programa del cosmonauta, propiamente dicho, funcionando mejor (contra todo pronóstico) como una cinta romántica en ambientación exótica. La parte de la misión, la rivalidad con EEUU y todo el contenido político está tan suavizado que funciona casi como un macguffin, si bien su primera secuencia invita a pensar que va a ser el eje de la historia.

Hay materia prima en "El cosmonauta", no obstante. Katrine de Candole no lo hace nada mal, a la fotografía de Luis Enrique Carrión no se le pueden poner muchas pegas y las ideas afloran en ciertas secuencias. Por contra, le sobra esa música tan abrasiva, además de los momentos "corriendo por el bosque", que parecen una (mala) parodia de Terrence Malick (cineasta que parece haber sido fuente de inspiración de Alcalá, aunque él cite a Tarkovski y Bresson). Aplaudo que el director tenga cierta ambición, pero para salir vivo de una apuesta así hay que tener algo más que dinero. Ayudaría poseer un talento natural (pienso en Richard Kelly y su enorme Donnie Darko) o al menos, un guión un poco mejor escrito. Y no, no me vale la excusa de "es un proyecto transmedia, hay 80 vídeos cortos en la web oficial que completan la película"; "El cosmonauta", de forma independiente, no funciona como debería hacerlo.

Hay muy buen cine enigmático, que no da respuestas y plantea preguntas. No es que la película sea difícil de entender, ni que la estructura sea mala. Es que sencillamente, lo que cuenta no es tan interesante como parecen creerse sus responsables. Aún torpe y a medio gas, hay que aplaudir este tipo de producciones fuera de los márgenes y que abren nuevas vías. Yo no me arrepiento de haber empleado 80 minutos viéndola; simplemente me habría gustado que esos cuatro años de tanto guerrear para sacarla adelante hubieran dado para una reescritura del guión o, yo que sé, un remontaje en el que que se integrasen los clips más llamativos sacados como contenido adicional. Igual con eso le habría cambiado la cara.