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Voto de Óscar San Martín:
6
Drama Los habitantes de un barrio de la ciudad brasileña de Recife se sienten inseguros y contratan a una empresa que les proteja. Esta incursión, que pretende luchar contra la desconfianza que se ha instalado entre los miembros de una comunidad relativamente tranquila, altera la vida de sus calles, aunque la cotidianidad pronto encuentra su rumbo. (FILMAFFINITY)
17 de diciembre de 2013
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Brasil es un país que en los últimos años ha crecido de forma sobredimensionada y una de las potencias mundiales económicas del futuro, si bien es cierto que la violencia, la inseguridad y las diferencias sociales son uno de los problemas que Brasil todavía no ha conseguido erradicar.
Paralelamente a esta sociedad el cine del país también ha conseguido evolucionar retratando los problemas con los que viven , desde el “Cinema novo” (Vertiente Brasileña del neorrealismo italiano y la Nouvelle Vague) hasta el retrato de la marginalidad que nos regaló Fernando Meirelles con “Ciudad deDios”.
Los cineastas brasileños se han preocupado por mostrarnos sus miserias, su forma de vivir, sus miedos y sus inquietudes; eso es algo que no ha cambiado y que aunque no sea con el tono casi de documental con el que nos tienen acostumbrados siguen haciendo.
La cinta que Brasil ha preseleccionado este año para acudir a los Oscar representando su cinematografía se llama “O som ao redor” o como se titulará en España “Sonidos de barrio”. Se trata de la ópera prima de Kleber Mendonça Filho y que bebe de las corrientes europeas para contar la historia actual de su país, donde la clase media es apenas imperceptible y se ve obligada a vivir entre las zonas más lujosas y seguras, y las zonas de mayor violencia y pobreza.
Mendonça nos cuenta la historia de unos habitantes de un barrio de Recife, muchos de ellos de la misma familia y que se sienten inseguros debido a pequeños robos que se han efectuado en las proximidades. Por eso cuando una empresa de seguridad privada les ofrece sus servicios no dudan en contratarlos, aunque esto no hará que sus miedos y problemas se vayan. Para contar esta historia el director coge técnicas del cine de autor europeo y decide alargar los planos para seguir a sus personajes, estar con ellos y sufrir su tensión y estado de alerta continuo.Durante las dos horas del film el espectador esperará un golpe de violencia, un algo que sacuda a ese barrio que parece que lo está esperando, pero que nunca acaba de llegar. En ese sentido Mendonça juega con el espectador mostrando una violencia inventada, una violencia que nunca llega a manifestarse pero que está ahí, en la mente de todos, asustando e incomodando al más puro estilo Hanecke.
Con un ritmo pausado crea una atmósfera que nos traslada a Recife alejándose de la recreación que Jose Padilha nos hacía de los barrios pobres y su policía en “Tropa de élite”, pues esta película se manifiesta como su antítesis.
Mención aparte se merecen los actores, la mayoría vecinos del propio director y que debutan como actores, transmitiendo con pequeños gestos, silencios y miradas la angustia que tienen dentro y dando un punto de vista realista afrontando situaciones de su vida cotidiana.
Si hay algo que objetar a esta película, es su duración, que se acaba haciendo larga por la dilatación de muchas de sus secuencias.
Una película interesante y que no hace más que afirmar que el cine latinoamericano es uno de los más fuertes y en continua renovación. Esperemos que pronto encuentre distribuidora y pueda exhibirse por toda España, donde todavía no ha conseguido estrenarse más que en algún festival de cine.
Óscar San Martín
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