Gloriosa farsa, sensacional juego de falsas identidades en la cual Billy Wilder se sirve de la parodia del cine de gángsters para filmar una de las mejores comedias de la historia del cine.
Asimismo y a ritmo de jazz, la película destila una maligna visión del hombre desde el punto de vista femenino.
Jack Lemmon y Tony Curtis están espléndidos en sus papeles, convirtiendose el primero en uno de los actores fetiche del director de origen austriaco. Marilyn, vestida por Orry-Kelly, que conseguiría el Oscar al vestuario por esta película, vuelve a demostrar sus magníficas cualidades como actriz de comedia y a cantar con su tenue dulzura, temas clásicos como "I wanna be loved by you" o "I'm through with love".
El gran George Raft se autoparodia representando el papel de gángster que tantas veces había encarnado en los años 30, entre ellos en "Scarface" de Howard Hawks, junto a Paul Muni.
spoiler:
"Nadie es perfecto", la popular frase final dicha por Joe E. Brown, que interpreta a un añoso y simpático millonario que vive una estrambótica relación amorosa con Jack Lemmon (el baile entre ambos de "La cumparsita" es un sublime momento cómico), pone fin a esta obra maestra de un director verdaderamente extraordinario.