17 de mayo de 2021
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Si algún responsable hubiese tomado la decisión de convertir el episodio piloto en una película y de cancelar la serie, los sufridos espectadores habríamos disfrutado, unos más y otros menos, de la película y nos habríamos ahorrado el aburrimiento y la vergüenza ajena causados por el visionado de los capítulos siguientes.
Aunque la idea era buena, no daba para una serie. Aunque los actores eran buenos, no podían lidiar con los lamentables guiones del segundo capítulo y de los siguientes. En definitiva: ¡desastre total!
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