Actualmente en la industria cinematográfica made in USA si un argumento empieza con cuatro amigos que deciden ir a una zona aislada para disfrutar de unos días juntos, invariablemente la historia terminará degenerando en alguna matanza inverosímil plagada de truculencias y persecuciones. Es como si no diera más de si ese punto de partida. Pero en manos de Ray el argumento alcanza proporciones universales. Se convierte en un proceso de descubrimiento de sus personajes y por extensión, como en muchas de sus películas, un retrato de una sociedad en constante cambio. Como en su genial Kanchenjunga utiliza una estructura coral en la que los cuatro amigos y tres mujeres del lugar serán los personajes principales sobre los que girará el argumento y que volverá a tratar temas habituales en su obra como el contraste entre progreso y tradición o el autodescubrimiento. La evolución de los personajes y la interrelación entre ellos es simplemente magistral. Ninguno de los cuatro amigos regresará igual que llego, sufriendo en el caso de alguno de ellos una profunda transformación que hace salir su verdadera personalidad, liberados de las presiones y restricciones de la vida urbana. Del mismo modo, Ray se muestra muy crítico con respecto al fracaso de una sociedad que se ha refugiado en el capitalismo y el éxito profesional como particular búsqueda de la felicidad. Cada detalle del film está perfectamente pensado y planificado para contribuir al complejo retrato que nos muestra, en el que la mirada observadora, sutil, realista y a la vez poética de Ray se percibe a lo largo de todo del film. Un film sin duda extraordinario, hermoso e inteligente. Una de las obras mayores de Ray.