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Voto de cineoptero:
6
Musical. Comedia. Romance El fotógrafo de una importante y conocida revista de moda busca una modelo que se salga de lo habitual. La casualidad lo lleva a una librería parisina donde, inesperadamente, descubre a una joven y tímida dependienta que reúne todas las cualidades que buscaba. Decide, entonces, convertirla en la mejor modelo de París. (FILMAFFINITY)
6 de julio de 2008
39 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
El talento de Stanley Donnen en el género musical es a estas altura incuestionable, pues el co-creador del que es posiblemente el mejor musical de la historia, Singing in the Rain, ya se lo ha ganado a pulso. Aunque fue con Gene Kelly con el que alcanzo reconocimiento internacional, fue con Fred Astaire con quien obtuvo sus primeros éxitos y con el que empezó a formarse como director de musicales. Es evidente que el talento creativo de Kelly complementó a la perfección al de Donnen logrando una fusión perfecta de talentos, que a pesar de lo diferentes que eran por separado alcanzaron una sorprendente compenetración. Pero para ser sinceros, el estilo creativo de Donnen siempre fue mas afín al de Astair que al de Kelly. Por eso este Funny Face suponía una especie de reencuentro teñido de reconciliación entre el actor y el director. En este caso el paso de los años se aprecia notablemente en Fred Astair, que aun así logra algún número musical de sorprendente brío, aunque sigue manteniendo todo el carisma que le llevo a la fama. No me parece que fuera un gran actor, pero tenia una personalidad muy acusada que le aportaba cierto encanto que ni los años lograron extinguir. El problema viene cuando le juntamos con una Audrey Hepburn luminosa y encantadora como pocas veces que se come vivos a todos los actores, Astair incluido. La actriz se convierte pronto en el centro de atención absoluto de esta historia sobre el mundo de la moda que en ocasiones nos recuerda a la reciente y nada desdeñable Devils Weir Prada. Pero a excepción de la radiante interpretación de Audrey, el resto ha envejecido mal con el tiempo. Por un lado las canciones y los números musicales quedan lejos de los mejores trabajos de Donner, en las que la letra de alguna de ellas causa sonrojo hoy día, mientras que los números musicales, sin estar mal, carecen de la fuerza, innovación y alegría que transmitían los de A Day in New York o Singing in the Rain. Aun así quedan el imaginativo número de Fred Astair debajo del balcón de la protagonista, en la que por fin se puede lucir a gusto y la del café bohemio en la que se nos rebelan las estupendas actitudes para la danza clásica y moderna que tenia la Hepburn, muy superiores a las de cantante. En cualquier caso el mayor defecto de este simpático film es un guión muy simple que abusa de tópicos y profundiza poco en las situaciones y personajes. Poco puede hacer Donner, que tampoco estaba en su mejor momento, para levantar un trabajo con una base tan endeble. El resultado no deja de ser una agradable película cargada de buenas intenciones, pero que artìsticamente no aporta nada al género ni a la carrera del director, intrascendente en su contenido aunque se vea con agrado.
cineoptero
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