Mantiene la esencia, cambiando los actores, pero contando la misma historia, alargada, obviamente, para hacerla serie. Sigue los pasos de Joshua, adolescente al que se le muere la madre por sobredosis y que acaba en la casa de su abuela y de sus cuatro tíos. En realidad, ha caído de la sartén a las brasas. Su familia vive a todo trapo de pequeños chanchullos, traficando con drogas, robando, lo que haga falta.
Las cosas se complican en el primer capítulo cuando un atraco a una joyería sale mal y un policía muere y uno de los hermanos queda herido y sin poder acudir a un hospital. A partir de ahí las cosas se empiezan a enredar más todavía cuando la policía pone sus ojos en la banda.
Y por si eso no fuera suficiente, el hermano mayor, violento y esquizofrénico, sale de la cárcel y pretende que Joshua siga los pasos de la familia y se gane el sustento delinquiendo.

Los actores son jóvenes, no muy conocidos, pero cumplen. Mención especial para la matriarca de la familia, que oculta bastantes secretos y que es quien hace y deshace en la banda, manipulando a su antojo a su familia. En un papel que me ha recordado mucho al de Gemma Teller en "Sons of anarchy"

Deberá pulir algunos detalles y darle más ritmo, pero la veo con potencial para satisfacer a los espectadores a los que les guste estas series sobre familias con líos legales, estilo "Bloodline" o " Ray Donovan"