O al menos es la sensación que me queda, donde los continuos enredos acaban siendo todos poco naturales y muy forzados. Desde luego ellas dos son absolutamente las reinas de la película, se comen la pantalla, derrochan química entre ellas y se ve que han disfrutado en sus papeles, hablando con toda naturalidad de la vejez. A mí me han arrancado muchas sonrisas, pero ninguna carcajada. En cambio sí me ha hecho reír en un par de ocasiones Judd Hirsch, en el papel del empleado de los seguros que se equivoca al escribir dos ceros de más en el cheque, y viaja a Canarias a recuperar el dinero,
Mención aparte para la bonita fotografía de Gran Canarias, donde trascurre gran parte del rodaje, incluyendo escenas rodadas en el museo de La Casa de Colón.

Lo peor, a parte de que le falta un tono más gamberro, son sus últimos quince minutos, mala manera de cerrar la película... continuo en spoiler