18 de marzo de 2017
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película transcurre durante un día en una mansión victoriana y en ocasiones recuerda a una obra de teatro. La asustadiza mirada de Dorothy McGuire, la mansión, su fantasmagórico jardín, las tormentas, el sótano, las velas, las ráfagas de viento húmedo que entran por las intrigantes ventanas abiertas, la impotente mudez, etc, todo consigue crear una atmósfera de miedo y suspense.
Siodmak tiene un gran sentido de la estética, la película es muy plástica, está llena de geometrías y de luz tenebrista. Los claroscuros, los planos cuajados de sombras y los gestos teatrales de sus actores delatan su pasado alemán expresionista.
Por último decir que la película, realizada por alguien que huyó de la Alemania nazi, aborda el horror de la mentalidad eugenesista, representada ambos hijos.
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