La protagonista y guionista original de la película es Zoe Kazan (nacida en 1983) es nieta de Elia Kazan (1909-2003) y de casta le viene al galgo… “Ruby Sparks” parece una película menor y sin pretensiones porque tras un superficie de aparente frivolidad, sin hacer ruido, de forma sutil y elegante, se desarrolla una más que agradable, más que lograda comedia de personajes que tratan de encontrar su lugar en el mundo, sobre todo si ese lugar viene del éxito (¿referencias biográficas de la guionista?) y de alguna forma no se quiere abandonar la eterna adolescencia durante la cual nos creemos rebeldes cuando lo que queremos es que nos den lo que merecemos pero sin saber lo que queremos de verdad – y por lo tanto estamos abocados al eterno fracaso…

los protagonistas principales de la cinta (Paul Dano y la ya mencionada Zoe Kazan) hay una excelente química, tanto cómica como sexual – quizás no sea ajeno que sean pareja en la “vida real” – lo cual contribuye sobremanera a la deliciosa agilidad y agradable ligereza de la comedia, que tras su aparente inocencia esconde unas muy interesantes cargas de profundidad sobre la pareja, las relaciones familiares, la dificultad de madurar en un mundo que propicia el despiste y el lloriqueo facilón, es decir, la culpa siempre la tienen otros y por lo tanto nuestros problemas no son responsabilidad nuestra sino siempre de los demás...

La mirada amable hacia todos los personajes no esconde ni camufla que más allá de la deliciosa comedia donde la risa surge de forma natural tanto en mímica, como en diálogos, como en situaciones, sin apenas forzar un poco lo que podrían ser situaciones cotidianas, por muy descabellada que sea la premisa inicial de esta película (un personaje literario inventado cobra vida y se convierte en la pareja de su creador). Este naturalismo, en constante tensión con lo fabuloso de la propuesta, añade fuerza a la propuesta y permite que no decaiga en ningún momento la atención y el interés del espectador, porque en ningún momento ocurre nada previsible y las soluciones propuestas son originales y novedosas.

Aunque quizás la anécdota se alarga un poco más de la cuenta y aparecen en escena unos padres entre hippies y superfluos (interpretados por unos sobreactuados Antonio Banderas y Annette Bening) que poco aportan a la trama principal, el resultado global de la cinta es muy positivo: es entretenida, muy divertida, poco previsible y con propuestas argumentales sorprendentes… Y, además, el desenlace está a la altura de la premisa, es elegante, sutil y abierto. Recomendable.