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Voto de antonalva:
7
Drama. Comedia Greg pasa el último año del instituto de la forma más anónima posible, evitando todo tipo de relaciones, mientras en secreto hace extrañas películas con su único amigo. Esta situación cambiará cuando su madre le obliga a hacerse amigo de una compañera de clase con leucemia. (FILMAFFINITY)
10 de octubre de 2015
39 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas que funcionan durante la proyección como un engrasado artefacto de precisión y al terminar te preguntas cuáles son los logros de la cinta que te han permitido conectar de forma tan inmediata con la propuesta. Cuando además se trata de un género por el que siento una virulenta animadversión casi visceral… y por eso mismo me sorprende el buen sabor de boca que me ha dejado esta agridulce comedia de adolescentes suburbiales yanquis, llena de encanto, tópicos, buenas intenciones y edulcoraciones varias. Sin embargo, funciona a varios niveles, siendo el principal el excelente retrato de todos y cada uno de los personajes que pueblan su no tan plácido devenir.

Estamos ante un relato de aprendizaje: cómo desprenderse de una invisibilidad impuesta que te permite pasar desapercibido, te habilita a sustraerte de un entorno al que consideras hostil y del cual no participas sino de refilón, con disimulo, adoptando muchas pieles camaleónicas, dejándote siempre por definir, siempre por hacer, por miedo al rechazo, por pavor al compromiso. Es el colegio como antesala calamitosa a la universidad, otra trampa aún más compleja y difícil donde la cercanía de las personas se te puede volver aún más desagradable. Perder ese manto de invisibilidad protectora es salir a la vida adulta, con sus luces y sus sombras, con sus claroscuros y sus matices reveladores.

Como el título indica, tenemos tres personajes, por lo que podríamos estar ante un ensayo cuasi autobiográfico sobre el miedo a la vida, sobre el despertar a la realidad, sobre la necesidad de hacerse visible y buscar lo debido para crecer y madurar. Rehuir las dificultades, sortear los riesgos, quedarse en la indefinición permanente y continua para desactivar la ira de tus semejantes, eludir el peso de la responsabilidad para dejar todas las puertas abiertas sin decidirse por ninguna… eso es la adolescencia. Pero también es creatividad, lozanía, imaginación, combinación de elementos reconocidos para destilarlos en algo nuevo y revelador (ya sea utilizando el cine o cualquier otra fuente).

La frescura y lozanía de esta empresa contrasta con la gravedad del lance luctuoso de la muerte que sobrevuela las imágenes e impregna la narración casi desde el inicio y que proporciona algunos de los momentos más emotivos, serenos y emocionantes del cine reciente. Despedirse es crecer. Abrazar la pérdida es abrazar la vida. Estamos ante una pequeña joya que disimula su aquilatado linaje cinéfilo con esponjoso humor y juegos nada pueriles. Hay que mirar con mimo de dónde venimos para saber hacia dónde vamos. Una exquisitez.
antonalva
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