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Voto de Quatermain80:
7
Thriller A Harry Palmer no le gusta el mundo del espionaje, pero no conoce otro tipo de vida. En esta ocasión, la misión de Harry consiste en localizar al doctor Aubrey Richards, que ha desaparecido teniendo en su poder un valioso archivo que puede haber llegado a manos del enemigo. El gobierno también teme que Richards haya sido sometido a un lavado de cerebro, como ya había pasado con otros dos científicos británicos... (FILMAFFINITY)
16 de julio de 2011
25 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un ligero vistazo a Harry Palmer lleva a equívoco; cuando uno asiste a su rutinario desayuno, en el marco de su sencilla casa, y lo ve después salir, con sus gruesas gafas de pasta y su gabardina gris, adoptando cierto aire imperturbable, acaso tedioso, está lejos de suponer que es un espía de enorme eficacia. La caracterización del personaje, unida a su personalidad irónica y descreída, busca en todo momento construir en torno a su actividad un disfraz perfecto, como lo es todo aquél que sugiere que quien lo lleva es un tipo corriente, del montón.

Al calor del fenómeno James Bond surgió en el mundo cinematográfico una eclosión del género de espionaje, que en su mayor parte trató de emular los rasgos característicos del arrollador agente 007. Sin rechazar plenamente este modelo -pues Palmer, a su manera, tiene éxito con las mujeres, y es un tipo culto y refinado (es un gourmet y un melómano)- esta película buscaba crear un personaje más cercano y creíble, con el que el espectador pudiera identificarse y no sólo admirarlo o envidiarlo. De ahí que el filme, aparte de elaborar un eficaz "disfraz funcionarial" para el protagonista, opte por desarrollar el argumento con el mínimo de acción posible, lo que no quiere decir que no ocurrra nada, sino que se evita caer en lo espectacular y en lo increíble. Gran parte de la labor de espionaje se desarrolla en los despachos, tan grises y anodinos como el ingente papeleo que los inunda, para desesperación del poco sistemático Harry Palmer. Del mismo modo, su relación con compañeros y superiores se asemeja a la de una oficina, con sus lugares comunes y sus roces característicos.

Recurriendo a una intriga que mezcla el tema del "topo" con el del control mental (muy en boga tras el éxito de "The Manchurian Candidate", de Frankenheimer), la película discurre eficazmente, intercalando el suspense con momentos cotidianos del protagonista (en su casa, haciendo la compra...), que sostiene además diálogos muy irónicos con sus jefes, ambos personajes muy atractivos, y cuya actitud sugiere constantes equívocos o sospechas al espectador. Ese aire de desconfianza, de intriga, se traslada felizmente a la imagen, que adopta forzados puntos de vista y ángulos, sugiriendo así que nada es lo que parece, y que hay algo oculto que se nos escapa (hay una gran abundancia de contrapicados, planos en los que la cámara se "esconde" tras objetos y cerraduras, etc). La fotografía es consecuente, y alterna el realismo de las secuencias rodadas al aire libre con un dramatismo expresionista muy notable, sobre todo en el fragmento "carcelario" y en la iluminación de un plano decisivo, ya casi al final.

Un guión redondo, con diálogos especialmente ácidos e irreverentes, una música excelente, y unas interpretaciones notables (no sólo del casi siempre estupendo Caine, sino también de Doleman y Green, así como de algún secundario), hacen de este filme una experiencia disfrutable de principio a fin.
Quatermain80
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