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Voto de Quatermain80:
6
Intriga. Thriller. Cine negro El departamento de Estado norteamericano encarga a Mike Kells una misión en Salzburgo. Una vez allí, debe subir a un tren para encontrarse con su colega y amigo Sam Carew, que le entregará un documento importantísimo sobre los planes de Stalin para invadir Europa. Pero Carew, que viaja en compañía de una joven llamada Janine, es arrojado a las vías del tren antes de poder hablar con su colega. Mike seguirá las huellas de Janine hasta Trieste. (FILMAFFINITY) [+]
22 de noviembre de 2010
18 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Pobre Tyrone Power! En esta película se mete (más bien le meten) en mil y un líos con el objetivo de recoger un documento secreto robado a los soviéticos, el cual debe después transportar a EE UU. El caso es que desde el primer hasta el último momento del filme su personaje, un correo diplomático algo maniático (lleva dos relojes y lo apunta todo en una libreta), es sistemáticamente engañado y confundido por todos los demás, hasta el punto de que concluido el visionado uno siente cierta piedad por el pobre tipo (mala cosa cuando el héroe da pena).

El argumento de la película, así como el marco histórico (la guerra fría) y el carácter de los personajes, importan muy poco al director y al guionista, que privilegian el desarrollo de la acción y de las peripecias por encima de la coherencia narrativa. De hecho, el contenido del documento, pese a ser "importantísimo", es una mera excusa para desarrollar una historia llena de equívocos, giros argumentales rebuscados, y presuntas sorpresas (no son tales, como el lugar en el que está escondido el documento, muy previsible). Los personajes no tienen desarrollo alguno, sirviendo únicamente como marionetas, sin que interese en ningún momento su carácter o sentimientos, no obstante lo cual, están correctamente interpretados.

Las virtudes del filme vienen de la mano de la fotografía, en un excelente blanco y negro, y de la realización de algunas secuencias, especialmente las violentas, que como suele ser habitual en Hathaway resultan secas, breves y dinámicas, reforzando su carácter brutal. Pese a estar ambientada en Salzsburgo y Trieste, la película se rodó en estudio, circunstancia de la que se vanglorió el propio director, siempre atraído por los retos puramente cinematográficos, y que contrasta con sus gustos habituales, pues Hathaway fue siempre un gran adalid del decorado natural, como bien puede apreciarse en sus Westerns.

En conjunto el filme resulta entretenido y está bien rodado, pero queda en el espectador la siempre peligrosa impresión de que sus 93 minutos, más que disfrutarse, se consumen, y esa suele ser la sensación que muchas veces precede al olvido.
Quatermain80
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