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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
6
Animación. Aventuras Madagascar a través de la mirada de un escritor de viajes. Las páginas de su carnet van pasando y los dibujos se animan para hacernos descubrir la extraordinaria diversidad de la Isla Roja, sobre todo del "Famadihana", o rito del cambio de los muertos. (FILMAFFINITY)
23 de febrero de 2011
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es esconde su vocación de libro de ruta y viajes… y aquí la imaginación del recuerdo, vía anotación, cobra vida animada. Es un compendio de toda clase de animaciones a modo de popurrí visual que nos traslada a un viaje del propio realizador. Se entiende, por lo tanto, que existe vocación subjetiva del animador por dotar de vida los recuerdos vividos. Desde el stop motion con coches de juguete hasta lapicero en mano “Madagascar, A Journey Diary”es un diario viviente sobre un viaje.

Y ese viaje es aquí una colección de postales en lo que parece un proyecto fin de carrera o Master (completo) de animación. Existe esa fusión de fotografías pintadas en brochas de 3D y personas reales que conforman un viaje con tendencia al clip visual que gana desde que se adentra en el camino hacia la muerte y la Famadihana, ‘el regreso de los muertos’, que se celebra en Madagascar. Los muertos son levantados de sus tumbas y se les hace danzar en una fiesta para amortajarles de nuevo y regresarles con ron, billetes y fotografías antes del abandono al descanso eterno… Aunque el cortometraje cede a cierto punto tétrico se trata de una celebración de la existencia, de la experimentación, del recuerdo y de las ganas de vivir (¿tendrá algo que ver con esa camiseta del Barcelona que aparece?).

Más que una huida corpórea de Bastien Dubois parece que se pretenden cuotas mayores. Alcanzar una simbiosis de la añeja animación, muerta para algunas, con las últimas tecnologías vivas. Podría compararse incluso con “Día y Noche” de Teddy Newton, también nominado al Oscar al mejor cortometraje de animación, en ese concepto de lo que nuevo necesita a lo viejo y viceversa para complementarse y celebrar que la sucesión de imágenes, pintadas a mano o a máquina, vive y resucita a golpe de viaje a las raíces y, por supuesto, con unas perpetuas lápidas llamadas premios.
Maldito Bastardo
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