Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Archilupo:
7
Drama Historia de la famosa pin-up de los años 50 Bettie Page, cuyas legendarias fotografías provocaron el escándalo y la investigación del Senado Norteamericano por acusaciones de pornografía. (FILMAFFINITY)
25 de junio de 2008
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Betty Page, reina de las pinups, figura medular de la cultura popular norteamericana, era una devota creyente. El dato pertenece a su biografía, que es de dominio público, y resulta, como mínimo, sorprendente: siempre tuvo fe en Jesús, y desde niña iba regularmente a la iglesia para sentirse elevada por los salmos, transportada liberadoramente a un mundo armonioso y reconfortada en su espíritu.

Actuaba de igual modo durante los años en que posó para más de 20.000 fotos con destino variado: portadas de revistas para hombres (“Bachelor”, “Whisper”, “Male Life”, “Quick”, etc.), reportajes para asociaciones nudistas (“Sun and fun”), postales ‘bondage’ para clubs adultos…, y no tenía conciencia alguna de culpa. Coqueteaba con la cámara, ingenua y alegre. Consideraba que había recibido un talento específico para posar (también lo consideraban sus fans y los fotógrafos) y que, según la Biblia, Adán y Eva vivían desnudos en el Paraíso Terrenal. De ella decían que encarnaba la esencia de la vida naturista: cuando estaba desvestida no parecía desnuda.

Con formación de profesora de inglés y estudiante de teatro, si se retiró de una carrera que ejercía como un juego de inofensiva diversión entre adultos fue para no verse involucrada en escándalos judiciales y derivaciones escabrosas, en una época en que el fenómeno ‘Playboy’ empezó a masificar el erotismo y la pornografía.

En esmerada producción de la HBO, Mary Harron (“American Psycho”) cuenta esta chocante biografía mediante una inteligente estructura. La narración comienza ‘in media res’: mientras aguarda en la antesala del tribunal, Bettie Page evoca la ruta hasta la comparecencia en juicio por corrupción y pornografía, planteado contra los hermanos Klaw (autores de buena parte de las veinte mil fotos) por parte de la Liga por la Decencia, muy pendiente de la paja en el ojo ajeno.
Con buen ritmo, una sucesión de flashbacks, a menudo articulados por las escenas de iglesia en sistema de-oca-a-oca, repasa la trayectoria que incluye el crucial viaje a un NuevaYork de promisión, 1955, en busca de futuro libre, y dejando atrás, en el sureño Nashville, penosos episodios (padre abusador, marido maltratador, transeúntes agresores) que la directora con delicadeza apunta fuera de campo. Delicadeza inherente a una forma femenina de contar que, sin estridencias ni morbosidades, y con numerosos detalles cuidados (interesante y significativa alternancia de B&N y color en la matizada fotografía, escogida selección de temas musicales de la época), enfoca la atención en la aventura de una mujer joven que prefiere intentar formas de independencia personal arriesgadas antes que resignarse a un rol discutible: bajo la imagen oficial, el rol podría consistir entonces en permanecer en el dulce hogar esperando la llegada de un marido ebrio con ganas de bronca.
Personaje singular y desconcertante, muy bien interpretado por Gretchen Mol, así lo retrata Mary Harron, sin forzar el encasillamiento.
Archilupo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow