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Voto de Archilupo:
5
Romance. Drama Un escultor holandés (Rutger Hauer) mantiene un tormentoso y erótico romance con una hermosa muchacha. En otro tiempo, el artista era un libertino que coleccionaba en un álbum sus conquistas amorosas como si fueran trofeos. (FILMAFFINITY)
10 de agosto de 2008
48 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
[1] Peculiar ‘love story’ en la Holanda de los 70’: un escultor impulsivo y bohemio, y una joven avanzadamente consciente de su libertad sexual.
Más que un flechazo, tienen un arponazo: ella le recoge en autoestop y pocos metros después paran a comprobar los asientos abatibles.
Los acusados caracteres de los personajes propician un romance intenso, desinhibido y vital; a la vuelta de unos años, una crisis también intensa, muy turbulenta.
La narración (brusca, espontánea, rompedora y llena de altibajos) arranca recién ocurrida la crisis de la pareja, recorre por los antecedentes de tal crisis un largo flashback circular, y desarrolla luego una dramática coda, todo mediante un realismo que busca con fiereza la provocación y no tiene inconveniente en bordear lo cutre.


[2] Del Libro de Estilo de “Delicias Turcas”:

I. Para dar una idea de la crisis y dejadez de un personaje: en su cocina es visible comida colonizada por gusanos, moscas y moho.
II. Para indicar que un personaje aún ama a su ex: pega su foto a la pared con un salivazo y se masturba enérgicamente hasta eyacular sobre la imagen en cuestión de segundos.
III. Si se quiere aclarar que un burgués en realidad es campechano y sencillo: se saca un moco, lo redondea con pulgar e índice y lo pega bajo la butaca.
IV. Si un personaje, sentimental, guarda en un álbum recuerdos de sus amores: en las páginas va pegando mechones de vello púbico.
V. Un suceso extraordinario puede marcar el primer encuentro entre unos amantes: él se pilla el miembro con la cremallera.
VI. Cómo evitar la solemnidad al contar una boda: la novia, embarazada, rompe aguas y un perro lame el asiento que ocupaba.
VII. ¿Cómo subrayar la preocupación por la salud gástrica?: la consistencia, color y peso de los excrementos se sopesan a mano.
VIII. Para enfatizar el dramatismo de una enfermedad terminal: bajo el cobertor, el enfermo presenta hinchazón monstruosa; unos recipientes bajo la cama recogen líquidos y secreciones que traspasan el colchón.
IX. Para expresar el fuerte malestar de un personaje durante una cena social: vomita a sifón sobre otros comensales, proyectándolo también sobre un espejo, donde la cámara permita apreciar la composición del menú.
X. Si el argumento requiere que un personaje se ausente, ha de haber un buen pretexto: sacar al perro que una vez en la calle se esfuerza, arqueado, en empujar sus deyecciones al exterior del cuerpo.

[3] Quien prevea por su parte una reacción escrupulosa ante estilo semejante, sin tal vez encontrarlo del todo divertido, puede saltarse “Delicias turcas” y continuar su búsqueda de películas.
Archilupo
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