Cine de Banlieues que nos acerca una vez más la represión institucional de Francia y la respuesta violenta que siempre se generará en consecuencia. Los protagonistas sienten que no encajan en la sociedad y muestran su lado más seco y agrio con la realidad, sin oportunidades, que les rodea. Todo bien acompañado de rap francés, que siempre se ha caracterizado por sus letras combativas sin tapujos.

Chaquetas Bomber y marcas casual como Sergio Tacchini, Umbro, Lotto, Fila y la joya de la corona Lacoste, son prendas que se aprecian a lo largo del film como lo que siempre fueron, una declaración de intenciones.

Por momentos la película recuerda al clásico L'Haine (1995) con escenas muy surrealistas (especialmente al principio y al final, donde todo es muy bizarro). Una película para adentrarnos más en la negra historia que ha tenido el país vecino desde los ochenta. Un dato que apoya esta realidad: 35 personas fueron asesinadas a manos de fuerzas del estado francés en 2017, récord histórico en la historia de la nación francesa. La pescadilla que se muerde la cola.