Dos hermanos, alertados por unos gritos de auxilio, deciden internarse en un campo de hierba alta.

Esta entrega de terror del director de "Cube", producida por Netflix, que adapta una novela de Stephen King y Joe Hill, intenta cimentar un ambiente claustrofóbico en torno a un lugar al aire libre, donde las fuerzas de la naturaleza ejercen una invisible amenaza. El primer tramo de la película se alarga quizá demasiado; buena parte del metraje consiste en mostrar a personas caminando entre la hierba y gritando a pleno pulmón: antes que generar desasosiego, marea; lo que a uno le gustaría es que esas gentes se callaran. Luego la cosa mejora, el film se vuelve más tópico, sí, menos psicológico y más físico, pero también más entretenido, con persecuciones, violencia, dedicando tiempo a explorar las relaciones entre los personajes, echando mano de efectos especiales para lograr un par de momentos espeluznantes... A pesar de lo cual, "En la hierba alta" nunca deja de parecer una producción de suspense apenas superior a la media.

No he leído el libro en que se basa, así que no puedo juzgar si se trata de una buena adaptación. Lo que sí puedo hacer es recomendar un relato corto que leí de crío y donde la naturaleza también jugaba un papel fundamental: "Los sauces", de Algernon Blackwood: un cuento maravilloso, absolutamente terrorífico; una joya.