Acabo de terminar la primera temporada de esta serie, y la sensación que me queda es la de la intrascendencia.

Sí, es cierto que me entretuvo lo suficiente como para poder ver todos los capítulos sin desistir. Pero también es verdad que debo apurarme a escribir este texto, antes de olvidarme de lo que ocurrió en la pantalla.

Básicamente se nos presentan dos historias, entreveradas a lo largo de toda la serie. Desde ya debo decir que la permanente alternancia entre ambos relatos genera una serie de ubicuos y frustrantes anticlímax, que solo no son mayores porque los sucesivos clímax y cliffhangers tampoco son nada del otro mundo.

Uno de los relatos, quizás el de mayor interés, transcurre en la época de la Gran Depresión en los Estados Unidos. Es la historia de una locura, una obsesión y una búsqueda en tierras lejanas y misteriosas, con reminiscencias que van desde textos como Las minas del rey Salomón, El mundo perdido o Viaje al centro de la tierra, hasta Lost. Pero la verdad es que lo que se nos muestra en pantalla tiene un interés muchísimo menor que el de aquellos relatos: las pruebas que atraviesan los viajeros son bastante menos duras de lo que nos quieren hacer creer (en este aspecto, la serie parece casi una parodia), y en realidad los personajes no muestran ninguna virtud o característica excepcional que los haga destacar como tamaños "elegidos".

Como punto positivo, la ambientación de época es correcta y satisfactoria, y es de agradecer que el relato no esté lastrado por las usuales obsesiones de Netflix y otras cadenas con las reescrituras de la Historia en términos de los estándares modernos y "políticamente correctos".

La segunda historia es la de superhéroes propiamente dicha, y transcurre en la actualidad. La comparación inmediata que podría acudir a la mente antes de sentarse a ver esta serie es con The Boys, aunque en realidad poco y nada tienen que ver la una con la otra. Ciertamente, la corrosiva The Boys es mucho más inteligente y entretenida que lo que aquí se nos presenta: básicamente, conflictos morales y de poder entre los miembros de dos generaciones de superhéroes.

La evolución es lenta y de a ratos aburrida, aunque también hay algunas buenas escenas de combate, como así también otras escenas completamente ridículas, como es el caso de la superheroina que levanta sobre su cabeza un automóvil mientras que los finos tacones de sus botas resisten todo ese peso sin problema alguno. Ya quisiera yo encontrar calzado de esa calidad.

Quizás este producto mejore en el futuro en una eventual segunda temporada, aunque no soy optimista al respecto.