7 de julio de 2009
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
La diferencia entre Kubrick y el resto de los directores es que Kubrick es capaz de crear un peliculón donde otros harían un verdadero bodrio. La película es rara, sin duda y no apta para aquellos que buscan simplemente ver una película. Este film no hay que verlo; hay que mirarlo y estudiarlo. Es como leer el Quijote u observar un cuadro de Velázquez. Esto es cine trascendental, donde la fotografía se funde con la música cautivando todos nuestros sentidos. Como todas las películas de Kubrick, me hizo reflexionar después de verla. No es una cinta para fijarse en el argumento, ni seguir la historia. El final dejará con mal sabor de boca a más de uno. Sin embargo, la elípsis por antonomasia del cine, el humanizado HAL, la fotografía del espacio (efectos logradísimos para el año de rodaje), el Así habló Zaratustra de Richard Strauss y el Danubio Azul de Johann Strauss serán difíciles de borrar de vuestras cabezas después de verla. Es una película que deja huella en el tiempo y en las personas.
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