Cuando vi el título Dalida inmediatamente vino a mi mente tener 13 años y escuchar en el winco ese long play cantado en castellano que me encantó, era una época de modas cambiantes, las cumbias, los cantantes italianos entre ellos Luigi Tenco de quien recordaba su suicidio pero no que hubiera estado ligado a ella. El éxito en Argentina de Charles Aznavour.
A medida que la película transcurre mostrando los increíbles éxitos de Dalida, su extraordinaria voz, su ductilidad para pasar de un estilo a otro siempre con una calidad envidiable fui descubriendo su vida privada y me atrapó sobre todo por su estilo de vida adelantado a la época. Para una persona veinte años más joven como yo que pertenezco a mujeres que vivieron en su adolescencia el advenimiento de un cambio enorme con relación a sus padres, las minifaldas, el amor libre, siempre existió la presunción de que en todas las épocas hubo mujeres que vivieron como quisieron en otros países y en el mío pero eran casos más aislados y salvo en el medio artístico o literario más camuflado de formalidad. La particularidad del film de asociar la carrera artística con los avatares de su entorno y su vida privada me pareció entretenido y bien ensamblado y me llevó a pensar que las mujeres en el fondo aún sintiéndose plenas en esa decisión tienen ese toque distintivo que las lleva a veces a la insatisfacción otras al sentimiento de soledad. Al fin y al cabo como dijo Marilyn Monroe las mujeres que buscan ser iguales a los hombres carecen de ambición. Somos diferentes. Buenas escenas y diálogos, actuación interesante por parte de Sveva Alviti, una película agradable para ser vista por quienes como yo tenían un lejano recuerdo de un momento glorioso de una gran cantante.