Clásico de la animación japonesa, «Raqueta de oro» puede que sea el principio de todo el anime deportivo que conocemos. Si nos fijamos atentamente, la serie tiene casi todos los componentes que encontramos en lo que vino después. Eso tiene su mérito.

Admito que harta del moé de nuestro tiempo, me puse un anime retro para al menos ver algo diferente. Llama la atención lo característico del estilo en el dibujo, con esos ojos llenos de brillos, las pestañas espesas y las narices puntiagudas de los setenta. La animación en su conjunto no puede decirse que sea buena, de hecho los fondos son cutres y los figurantes lamentables, ya que no tienen rostros ni rasgos, son solo formas y parecen zombis. Estos aspectos técnicos, sin embargo, pueden ser secundarios si la serie tiene otras cualidades.

«Raqueta de oro» empieza bastante bien. Planteado el tono juvenil, melodrámatico y de shojo, nos encontramos con una estudiante de instituto, Marta Nolan (las traducciones merecerían una crítica completa...), que juega al tenis por simple afición y que con la llegada de un nuevo entrenador se verá seleccionada para competir casi contra su voluntad. Esto provocará un montón de mal rollo en sus compañeras, sobre todo por parte de Teresa, un personaje que dará una vidilla tremenda.

Ahora bien, enseguida te vas dando cuenta de que la historia no termina de funcionar. Primero, la propia Marta es un personaje que irá perdiendo nuestra empatía cuanto más la conozcamos, lo cual es algo terrible para cualquier historia. Esta niña no para de llorar, de lamentarse y de vivir para los demás; vive para que su admirada Rosa Ross, la mejor tenista de la escuela, la considere su amiga; vive para que su crush Roberto le diga algo, vive para que el entrenador no se enfade... Esto ya ni siquiera es lo peor, sino que deportivamente hablando tampoco está justificado que sea la favorita del entrenador Jeremías. Pero ¿a qué viene ese trato especial desde que la conoce? ¿Por qué es tan buena? ¿Qué talento es ese?

En relación con esto, la parte deportiva también está mal. Aquí la gente gana o pierde porque sí. La misma Marta en un capitulo ha mejorado mucho y al siguiente vuelve a perder. Están todos los días entrenando, pero no se ve apenas nada de tenis, de cómo jugar, de cómo mejorar. Jeremías da instrucciones tipo «tienes que descubrirlo tú». Vamos, hombre. Y al final Marta es la mejor de todas y superar a quienes llevan entrenando más años, con más ganas y con más pasión. No, hombre, no. Eso sí, se toma en serio el deporte y muestra los sacrificios que conlleva, y de ahí la trama de Marta y Roberto.

No hay punto de partido pero cualquier aficionado al anime debería conocerla.