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Ciencia ficción. Thriller. Intriga. Acción
Dom Cobb (DiCaprio) es un experto en el arte de apropiarse, durante el sueño, de los secretos del subconsciente ajeno. La extraña habilidad de Cobb le ha convertido en un hombre muy cotizado en el mundo del espionaje, pero también lo ha condenado a ser un fugitivo y, por consiguiente, a renunciar a llevar una vida normal. Su única oportunidad para cambiar de vida será hacer exactamente lo contrario de lo que ha hecho siempre: la ... [+]
31 de agosto de 2010
64 de 84 usuarios han encontrado esta crítica útil
El problema de "Inception" no es que sea tan inteligente que el espectador pueda verse rebasado ante ella o sentirse estúpido, ni que sea excesivamente estúpida para que cualquiera pueda considerarla tan nimia como para no resultar suficientemente interesante, sino más bien que se queda a medias y en la nada: Nolan construye un mundo donde se supone que los sueños son su base, pero en el que sin embargo atisbar palabras como onírico o surrealista, que podrían componer básicamente la descripción de ese estado, es prácticamente imposible y, por ende, podría decirse que el señor Nolan no construye un universo en el que los sueños sean su eje principal, sino más bien una serie de espacios en los que desarrollar el drama, el conflicto y, para más inri, la acción. Pero no acción entendida como el desarrollo de una historia, sino acción entendida como la conjunción de escenas rimbombantes, estruendosas e imponentes con tal de impresionar al espectador vez sí, vez también.
Pero es que más allá de que el director británico haya querido desarrollar con su "Inception" un thriller de tintes dramáticos (tan triviales que se caen por su propio peso), la cuestión está en hacía donde pretende llegar con un envase presuntamente original, que en el fondo no es más que un refrito de tantos otros refritos, y es ahí cuando uno termina llegando a la conclusión de que a ninguna parte, de que todo está alimentado por la más absoluta nadería, que la única intención del susodicho es la de seguir revolucionando el panorama, cuando en realidad solo se trata de un productor disfrazado de autor, alguien que sabe a la perfección cual es el producto (porque algo así no puede tener otro nombre) que se vende al por mayor, y lo proporciona con grandilocuencia, realizando algo que con las últimas entregas de "Batman" tan bien se le dio, pero que aquí pierde, al dejar a un lado la humildad de su primer trabajo ("Following"), y al intentar sumergirse en terrenos que nunca han llegado a formar parte de su cine. Eso sin tener en cuenta que la tan cacareada acción ni siquiera logra removerle a uno del asiento, que películas de acción de hace casi dos décadas tenían diez veces más enjudia que ese montaje muerto de antemano, esas situaciones carentes de garra, esa pretendida originalidad que, de vez en cuando salpica la pantalla para dejar secuencias tan únicas que parecen lo único salvable de un conjunto tan endeble.
(Sigue en el Spoiler, sin desvelar nada)
Pero es que más allá de que el director británico haya querido desarrollar con su "Inception" un thriller de tintes dramáticos (tan triviales que se caen por su propio peso), la cuestión está en hacía donde pretende llegar con un envase presuntamente original, que en el fondo no es más que un refrito de tantos otros refritos, y es ahí cuando uno termina llegando a la conclusión de que a ninguna parte, de que todo está alimentado por la más absoluta nadería, que la única intención del susodicho es la de seguir revolucionando el panorama, cuando en realidad solo se trata de un productor disfrazado de autor, alguien que sabe a la perfección cual es el producto (porque algo así no puede tener otro nombre) que se vende al por mayor, y lo proporciona con grandilocuencia, realizando algo que con las últimas entregas de "Batman" tan bien se le dio, pero que aquí pierde, al dejar a un lado la humildad de su primer trabajo ("Following"), y al intentar sumergirse en terrenos que nunca han llegado a formar parte de su cine. Eso sin tener en cuenta que la tan cacareada acción ni siquiera logra removerle a uno del asiento, que películas de acción de hace casi dos décadas tenían diez veces más enjudia que ese montaje muerto de antemano, esas situaciones carentes de garra, esa pretendida originalidad que, de vez en cuando salpica la pantalla para dejar secuencias tan únicas que parecen lo único salvable de un conjunto tan endeble.
(Sigue en el Spoiler, sin desvelar nada)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Por si ello no fuera poco, los parámetros del mundo aquí construido se reformulan vez tras otra a la conveniencia del guionista y lo que en un principio parecía peligroso, termina resultando casi un juego de niños, un espejismo ante las posibilidades de unos personajes que siempre encuentran como rizar el rizo para seguir contando un relato sin realmente nada que contar. Todo resultan artificios, todo son giros de guión salidos de la nada por pura conveniencia, para que el thriller no se torne convencional, para que los conflictos no falten, el ritmo no decaiga y el público tenga que llevarse a la boca durante cada media hora, sin bostezar, sin caer en la desidia. Y ahí es donde Nolan demuestra que no arriesga: no sólo es incapaz de contar una historia sobre sueños formulando un universo convencional y plano, sino además se desentiende de los propios códigos de su universo para continuar dándole vueltas a la tortilla en lugar de ahondar en conflictos ya creados, o recalar en una vertiente más psicológica. Pero está claro que si sucediese eso, "Inception" ya no sería Hollywood, porque no nos engañemos, la última aventura del británico no es más que otro parapeto donde aunar thriller y acción bajo un falso manto de imaginación e intelecto que, por desgracia, no es más que eso.
Por otro lado, sus intentos dramáticos son tan futiles que ni merecen la pena ser comentados: supuestamente debemos identificar algo en esa historia de amor entre DiCaprio y Cotillard, pero no se entrevé el romance, no se desvelan esos momentos más íntimos que deberían dar a entender porque el personaje de Cobb tomó el camino que tomó. Por contra, sí encontramos explicaciones remarcadas y masticadas para que el espectador pueda racionalizar todo cuanto echó por tierra esa relación, aunque el raciocinio no resulte concluyente en una situación como esa.
En definitiva, se podrían abrir muchos frentes hablando sobre este film, sobre sus personajes desaprovechados o, directamente, sobrantes (Cotillard, Watanabe, Gordon-Levitt...), sobre lo ruidoso de una acción que ni siquiera obtiene el efecto deseado, sobre la frialdad de una cinta que solo parece buscar el huero artificio, sobre una trama que se enmaraña para que no se nos atraganten las palomitas, sobre algo tan convencional con lo que tan bien habían jugado cineastas como Lynch o Gondry anteriormente, pero cuando uno piensa en todo eso, y se da cuenta de que el McGuffin en sí es tan pobre, termina vaciando la mente, y esperando que algo más vivaz y creativo la llene. Como un sueño, por ejemplo.
Por otro lado, sus intentos dramáticos son tan futiles que ni merecen la pena ser comentados: supuestamente debemos identificar algo en esa historia de amor entre DiCaprio y Cotillard, pero no se entrevé el romance, no se desvelan esos momentos más íntimos que deberían dar a entender porque el personaje de Cobb tomó el camino que tomó. Por contra, sí encontramos explicaciones remarcadas y masticadas para que el espectador pueda racionalizar todo cuanto echó por tierra esa relación, aunque el raciocinio no resulte concluyente en una situación como esa.
En definitiva, se podrían abrir muchos frentes hablando sobre este film, sobre sus personajes desaprovechados o, directamente, sobrantes (Cotillard, Watanabe, Gordon-Levitt...), sobre lo ruidoso de una acción que ni siquiera obtiene el efecto deseado, sobre la frialdad de una cinta que solo parece buscar el huero artificio, sobre una trama que se enmaraña para que no se nos atraganten las palomitas, sobre algo tan convencional con lo que tan bien habían jugado cineastas como Lynch o Gondry anteriormente, pero cuando uno piensa en todo eso, y se da cuenta de que el McGuffin en sí es tan pobre, termina vaciando la mente, y esperando que algo más vivaz y creativo la llene. Como un sueño, por ejemplo.